PARIS,- España lo tenía todo de cara para ser primera de grupo y tener muy fácil el camino a la final de la Eurocopa. Pero no. Decidió pegarse un tiro en el pie el peor día posible para echar por tierra todos los cuentos de la lechera y ahora se enfrentará a Italia el próximo día 27 de junio en París. No sólo eso, que ya de por sí es malo para la Roja, si no que por esa parte del cuadro están todos los grandes favoritos para ganar el título.
Del Bosque era muy consciente de todo lo que estaba en juego y sacó a su once tipo, el mismo que maravilló al mundo ante Chequia y Turquía. Ni cambios ni nada parecido, el objetivo era pasar como primeros y sacó a los mejores. Sin embargo, la selección falló por donde menos se esperaba: atrás. La falta de gol de la Roja se compensaba con la fortaleza defensiva, pero ante Croacia, de lo primero poco y de los segundo, casi nada con errores muy graves. Era el primer examen serio de la Eurocopa para España lo suspendió y lo hizo ante un equipo sin Modric, su gran estrella.
No es para tirarse de los pelos y comenzar a ser pesimistas porque esta selección ha demostrado que puede y sabe jugar muy bien, pero sí que es cierto que el partido ante los croatas ha generado las primeras dudas en torno a la selección. Y eso, para jugar ante Italia en unos octavos de final de la Eurocopa no parece el mejor escenario posible. Del Bosque y los suyos tienen por delante varios días para reflexionar y solucionar los errores cometidos en Burdeos. Sobre todo en defensa donde la selección perdió excesivos balones y muy fáciles. Unos lo achacarán al mal estado del césped, que es cierto que estaba mal, pero se cometieron fallos graves que nada tuvieron que ver con si el terreno de juego estaba bien, mal o regular. Más que nada porque el césped estaba igual cuando Silva, Iniesta o Cesc realizaron pases interiores que fueron milimétricos.
Este trío fue lo mejor del partido de España en la primera media cuando la Roja mostró su mejor fútbol de ataque liderado por un Silva espectacular. Los croatas comenzaron fuertes, queriendo mandar, pero se encontró con un gol en el minuto siete que fue un manual de fútbol de toque. La jugada comenzó en De Gea y acabó en Morata que puso el 0-1 en el minuto siete. Antes, el balón pasó por Jordi Alba, Ramos, Busquets, Cesc y Silva que aprovechó un rechace de la defensa croata para meterle un balón de oro Cesc que entró como quiso desde atrás y le dio el gol hecho a Morata que sólo tuvo que empujar el balón para marcar.
La noche parecía que iba a ser española, pero comenzaron los fallos atrás. De Gea hizo una gran parada a Kalinic, pero en la jugada siguiente cometió un grave error al perder un balón que acabó en los pies de Rakitic que no marcó por milagro divino ya que su remate dio en el larguero y después en el poste. España estaba viendo que no iba a ser tan fácil como parecía y reculó, lo que aprovechó Croacia para ir creciendo y empatar en el minuto 45. Perisic hizo lo que quiso con Juanfran y colgó un balón que remató de espuela Kalinic. Un golazo con el que se llegaba al descanso.
España había jugado con fuego y se había chamuscado, pero quedaba por delante toda la segunda mitad en la que la Roja no sólo no dio síntomas de mejora, si no que vio aumentada su desgracia hasta la derrota. Croacia veía que España estaba débil y apretó bajo el mano de Rakitic y Perisic. La respuesta de la selección no llegaba y si lo hacía no era suficientemente contundente para darle la vuelta al partido. Del Bosque buscó recuperar el balón con Bruno y pasando a un 4-1-4-1, pero ni por esas, la selección lograba imponerse.
Todo pudo cambiar en el minuto 70 cuando el colegiado señaló un penalti más que dudoso sobre Silva. Ser primeros de grupo estaba en los pies de Sergio Ramos, pero no era su noche ni la de España. El del Real Madrid falló la pena máxima que paró Subasic y las esperanzas españolas pasaban por mantener el empate y marcar en una contra o acción individual de Silva o Iniesta. Croacia se vino arriba y confió hasta el final en una victoria que logró en el minuto 87. Fue Perisic el que marcó el 2-1 en una jugada que reflejó muy bien lo que fue el partido de España. Cesc dispara al borde del área, el rechace va a un croata que se va hacia arriba sin que nadie lo pare, el balón se lo da Perisic al que tampoco puede frenar Piqué y bate a De Gea con un disparo fuerte y raso al primer palo. 2-1, éxtasis croata e intentona final de la selección que se quedó en eso. Ahora, toca Italia en París, una cita para la que España debe reencontrarse ya.
r3