James Salter, escritor al que le gustaba frotar palabras en sus manos | Digitall Post : Digitall Post
Cultura arte cultura escritor james-salter manos

James Salter, escritor al que le gustaba frotar palabras en sus manos

James Salter, escritor al que le gustaba frotar palabras en sus manos

A un año de su muerte, ocurrida 19 de junio de 2015, el escritor estadounidense James Salter es recordado por su sutil prosa plasmada en obras como “Todo lo que hay”, la cual se publicó cuando el autor tenía 87 años de edad.

James Horowitz, su nombre de pila, nació el 10 de junio de 1925, en Nueva York, y aunque en su juventud no sabía a qué se quería dedicar, fue un estudiante regular con gusto por la lectura.

Lo que tenía claro el escritor era su deseo por participar en hechos históricos para no ser olvidado, y alentado por su padre el coronel Luis G. Horowitz, a los 17 años ingresó a la Escuela Militar de Estados Unidos conocida como West Point.



Al terminar su en la academia ingresó a la fuerza aérea y participó en la guerra de Corea (1950-1953). Durante 12 años de servicio realizó más de 100 misiones en aviones F-86 contra los MIG-15 de la Unión Soviética, señala en un artículo la Revista Clarín de Cultura.

En el transcurso de la travesía bélica, Salter escribió sus dos primeras novelas entre descansos y horas libres, la primera fue “The Hunters” publicada en 1956 bajo el seudónimo “James Salter” ya que no quería perjudicar su carrera de aviador, posteriormente se cambió el nombre legalmente.

Esta novela de guerra está impregnada de descripciones, paisajes y sentimientos complejos. Slater fue criticado porque nadie creía que un aviador tuviera la sensibilidad para escribir de manera tan detallada.

Fue tal la trascendencia de dicho libro que fue adaptada al cine por el productor y director Dick Powell, teniendo como protagonistas a Robert Mitchum, Robert Wagner y May Brit, de acuerdo con el portal “compartelibros.com”.



Su segunda novela “The Arm of The Flesh” (1961), fue reescrita en el año 2000 con el nombre “Cascada”, fue la última vez que publicó un libro inspirado en sus experiencias de guerra.

De acuerdo con la página oficial de “El País”, la literatura de James Salter se caracterizó por redactar en prosa luminosa, así como sensualidad al abordar diferentes experiencias humanas.

A la edad de 32 años, Salter decidió dejar la fuerza aérea, para enfocarse en la escritura, la decisión fue difícil ya que él amaba volar.

“Decidí escribir o perecer, Cambié mi nombre… Y estaba solo, y cuando despegas, completamente solo, esa primera vez, es inolvidable. De repente, sientes que tienes un par de alas sobre tu espalda, y puedes escribir algo que sientes que es glorioso, hay una libertad en escribir”, expresó el propio Salter en una entrevista.

El legado literario de James Slater incluye “A Sport and a Pastime” (1967), “Downhill Racer” (1969), “The Appointment” (1969), “Three” (1969), “Light Years” (1975) y “Solo Faces” (1979).

También escribió guiones para películas como “Al filo de la muerte” “Entre dos pasiones” y “Una cita”.

tros de sus libros Threshold (1981), Dusk and Other Stories (1988) Still Such (1988) Burning the Days (1997) Gods of Tin, compilation memoir, 2004.

Después de casi 35 años de silencio novelístico, a la edad de 87 años, en 2013 el autor publicó su última novela “All That Is” considerada por la crítica como su mejor obra. Ese mismo año recibió el Premio Windham Campbell otorgado por la Universidad de Yale.

James Salter, quien se consideraba un “frotteur”, alguien que le gustaba “frotar palabras en sus manos, sentirlas, y pensar cual es realmente la mejor palabra”, murió a los 90 años de edad, el 19 de junio de 2015 en su casa en Sag Harbor.

aegm.

Notimex



Nacional aranceles comercio Donald Trump Estados Unidos frontera México

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

AFP

Por: AFP

hace 4 semanas

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

En su camión cargado con vehículos Toyota, Raúl Hernández hace fila al amanecer para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, preocupado por los aranceles que anunciará el presidente estadounidense, Donald Trump.

Si Trump sigue adelante con su plan para imponer estos impuestos aduaneros y obligar a las empresas a mover su producción a Estados Unidos, muchos trabajadores en México van a sufrir, dice.

«Va a dejar mucha gente sin trabajo aquí», asegura este conductor de 37 años a la AFP, mientras espera en la cola para pasar a la vecina San Diego desde Tijuana.

Las fábricas que operan empresas extranjeras son vitales para la economía de ciudades fronterizas como Tijuana y sus miles de trabajadores, señala Hernández.

Muchos puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos. «Si las plantas paran por los aranceles sí perjudica a México, perjudica a la ciudadanía mexicana».

Detrás de él, en la fila de camiones, Omar Zepeda también transporta camionetas Toyota Tacoma desde una planta cercana de esa armadora japonesa.

Al igual que Hernández, Zepeda está nervioso por el impacto de los aranceles.

«Va a bajar bastante el trabajo con nosotros, porque va a subir el producto (de precio) y va a haber menos compras», prevé este conductor de 40 años.

«Viene algo difícil»

Las ciudades industriales del norte de México albergan miles de fábricas gracias a beneficios fiscales y al acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La mayor parte de las familias en Tijuana trabajan en «el transporte y la mano de obra», apunta Zepeda.

«La verdad está muy difícil lo que viene», asegura.

El gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también reconoce esa incertidumbre. Ha optado por esperar a conocer los aranceles de Trump antes de anunciar un plan económico «integral» para hacer frente a esta nueva amenaza.

Durante su descanso en una planta de Toyota a las afueras de Tijuana, Apolos Velas dijo que estos gravámenes darían un golpe brutal a la ciudad.

«Mucha gente se va a quedar sin trabajo», dice.

Ojo por ojo

En Tijuana, donde la pobreza y el crimen no dan tregua, no solo los empleados de fábricas y del transporte dependen de los miles de millones de dólares del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.

Charito Moreno, quien vende burritos a los camioneros en un puesto junto a la barda fronteriza, dice que los aranceles lastimarían a toda Tijuana si las plantas despiden trabajadores.

«Toda la gente depende de esas empresas», afirma esta mujer de 44 años.

Si las compañías acuden al llamado de Trump para mover su producción a Estados Unidos, «sería muy trágico para Tijuana porque pues mucho trabajador se quedaría sin empleo», dice.

Al salir de un camión que lleva equipo para albercas a Estados Unidos, Antonio Valdez dijo que ahora los transportistas tienen más papeleo que entregar.

«Un trámite salía en una hora. Ahorita tardan todo el día en hacer el cálculo y el pago de impuestos» ya vigentes, dice, tras comprar un burrito y seguir su camino hacia Estados Unidos.

Aunque Sheinbaum ha descartado una respuesta del tipo «ojo por ojo, diente por diente», el camionero Alejandro Espinoza cree que México debe responder a Estados Unidos donde duele. Si imponen aranceles, «ya no les vamos a mandar aguacates. A ver cómo le hacen», dijo sonriendo.

Conoce más historias en Digitallpost.

Síguenos en FacebookX e Instagram.