ESTADOS UNIDOS.- Todos unidos contra Donald Trump: primero fueron los hispanos y ahora también los musulmanes, que se apresuran a registrarse en las mesas electorales para poder votar contra el candidato presidencial republicano, espantados por sus declaraciones contra la comunidad islámica.
La iniciativa es de la United States Council of Muslim Organizations, que anunció un plan para registrar un millón de electores. Si bien no son muchos, son potencialmente decisivos en estados que están indecisos, explicó Robert S. McCaw, director de Asuntos Gubernamentales del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses.
Los musulmanes representan casi el 1 por ciento de la población estadounidense.
Según un estudio del Institute for Social and Policy Understanding, un «think tank» independiente, solo el 60 por ciento de los ciudadanos musulmanes están registrados como electores, contra al menos el 86 por ciento de los judíos, protestantes y católicos.
«Cuando tu existencia en la sociedad está en peligro, intenta movilizar a tu comunidad», observó el secretario general del United States Council of Muslim Organizations, Oussama Jammal. Donald Trump propuso en diciembre del año pasado prohibir la entrada a Estados Unidos a todos los musulmanes, con el argumento de que es algo de «sentido común».
El magnate inmobiliario aclaró entonces que se trataría de una medida «temporal». «Estamos en guerra», subrayó Trump. «Si no resuelven esto» habrá «muchos más» atentados terroristas como los del 11 de septiembre de 2001.
Uno de los que por entonces se opuso a la propuesta de Trump fue el Republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, quien en las últimas horas admitió que dio su apoyo a Trump bajo la presión de muchos colegas, que representan colegios electorales donde los votantes republicanos son firmes partidarios del magnate.
Lo escribió el Washington Post, citando algunas fuentes -cubiertas por el anonimato- que participaron el viernes en Utah en una «cumbre» a puertas cerradas con unos 300 grandes donantes y dirigentes pro republicanos, organizada por el excandidato presidencial Mitt Romney, ahora uno de los más firmes adversarios de Trump. Los interlocutores de Ryan la preguntaron cómo había podido dar apoyo al magnate, criticado por su temperamento y las divisiones que genera en su campaña electoral.
Entre ellos también Meg Whitman, la presidenta de Hewlett-Packard, que al parecer definió a Trump como el último de una larga serie de demagogos, comparándolo explícitamente con Hitler y Mussolini.
jcrh