Tres causas se encuentran entre las principales detonantes de los resultados políticos de la jornada del domingo pasado: el voto de castigo al hípercorrupto e ineficaz sistema peñanietista; el hartazgo de los ciudadanos ante la pobreza, la corrupción , el latrocinio, el prevaricato y el desenfreno de los gobernadores priístas que van de salida (y algunos a la cárcel), y una extraña razón del México profundo que hasta hoy se encontraba escondida, pero que llegó para quedarse: la narcomovilización.
Vayamos por partes: es un hecho que los ciudadanos de todos los estados donde se realizaron elecciones para gobernadores tenían la decisión tomada, no la expresaron jamás, se la guardaron in pectore hasta el arribo a las urnas, y hasta en las encuestas de salida “a boca de urna”, no revelaron su secreto.
Las urnas recuperaron su categoría perdida –o esquilmada– de lo que siempre pensaron los clásicos de la política mexicana: siguen siendo las alcancías de la democracia. El mazazo que ni en los más descabellados escenarios esperaron los priístas, Carolina Monroy dixit. El sopapo a los improvisados. El balde helado a los analistas chichimecas.
¡Hasta la madre de la tolucopachucracia!
Las encuestas mandadas a hacer a modo por los partidos políticos, el gobierno federal, los gobiernos locales y los candidatos, fallaron de cabo a rabo: demostraron lo que son, se desnudaron, yo creo que para siempre, como empresas supuestamente demoscópicas, que no son otra cosa que cuevas florecientes de ladrones, productoras de música para los oídos de quien las paga.
El voto de castigo al peñato es un hecho ya reconocido mundialmente, hasta por –los hasta hoy– sus valedores financieros. The Wall Street Journal, vocero de los financieros neoyorkinos, asienta en su página editorial, algo que es más que una advertencia, casi una amenaza, y más, viniendo de quien viene:
”El resultado electoral es un golpe al gobierno de Enrique Peña Nieto y una indicación de que los votantes están cansados de todos los escándalos”, señala como balazo certero al corazón del peñato el rotativo financiero más influyente del mundo. Nada más, pero nada menos que el vocero de los supuestos prestamistas del peñanietismo.
Peña quedó estupefacto, casi catatónico
Estupefacto, casi catatónico, el “Jefe de las Instituciones Nacionales”, respondió con sus parábolas de rancho: “Es tiempo de dejar atrás la polarización, el encono y el enfrentamiento”. ¡Qué morro! ¡Qué impudicia! ¡Qué ignorancia tan lamentable! ¡Qué manera de engañarlo, por parte de sus miles de analistas, asesores, cagatintas y publirrelacionistas!
La polarización, el encono y el enfrentamiento, son los tres despeñaderos de la sociedad mexicana que ha provocado la política económica –ésa sí, despiadada– llevada a cabo por Vi(rey)garay, con la anuencia o sin ella, del muchachito de Atracomulco. La cerrazón de tolucos y pachuquitas para gobernar mínimamente.
El mismo Vi(rey)garay que, creyendo que ya tiene en la bolsa los 88 mil millones de dólares que autorizó el FMI –y que en estos momentos deben estar pasando bajo la lupa y bajo las horcas caudinas de los jefes financieros de Wall Street, que no se chupan el dedo para aquello de saber quién puede pagar sus intereses de deuda y quién ya no merece el crédito, por insolvente y desprestigiado–…
… arrancó una campaña lateral con cuantiosas sumas y maletas, en favor de Meade, para buscar la alianza con el PAN para “La Grande” del 2018. Vendieron la piel del oso, antes de cazarlo .Pues el PAN ya no es el mismo, ni cuesta lo mismo que hace cuatro días. Así es esto del abarrote. Creo que a estas alturas, los priistas están por perder la incondicionalidad del PVEM, pero esto es materia de otra olla.
Merecido elogio a la ciudadanía mexicana
¡Bravo por la ciudadanía de este nuestro país! Es lo único rescatable de todos los osos domingueros. Tuvo la audacia de expresarse, todavía a través del voto, y no de la rebeldía social manifiesta, y demuestra algo muy importante para este momento de desaguisados y rapiñas: no ha perdido la esperanza, continúa luchando por encontrar dónde está la llave, a pesar de su desesperación y encabronamiento, no el edulcorado “mal humor social”.
Priístas prefirieron huir de su propio partido
Perdieron los candidatos priístas cuyos gobernadores estuvieron “deshojando la margarita” irresponsablemente, hasta semanas antes de la elección, coqueteando con la idea de imponer a sus válidos, confidentes y favoritos, antes de inclinarse ante el peso de las corrientes mayoritarias que se habían decidido por los más viables de esa franquicia.
En ese período de manipuleo y de especulaciones cerebrales, los gobernadores se aferraron, no se definieron a tiempo, y los grupos organizados de ese partido, ante el espanto de tener que volver a sufrir soplanucas, se fugaron hacia otras expresiones de ex priistas cobijados por otros partidos y otras alianzas.
Borge y los Duarte, amenazados con cárcel
Por lo pronto, ya se encuentran en picota El Chabelo Javier Duarte de Ochoa, Roberto Borge, de Quintana Roo, y César Duarte, de Chihuahua, que seguramente contará con el cabildeo del infame Emilio Gamboa, su socio y valedor, a ver si ahora sí le sirve. Quienes buscaron perpetuarse a través de sus delfines, perderán el sueño seis años, o pagarán con la cárcel sus desenfrenos y paranoias pueriles.
Por lo demás, sus candidatos hubieran sido barridos y escarnecidos. En mayor medida que lo fueron los postulantes del aparato oficial, de la Cueva de Alí Babá. Eran producto de sus pasiones, de sus bajos instintos.
Muchos millones de ciudadanos ya los ven en bartolinas. La gente sólo pide que se haga con precisión jurídica, no con las balandronadas fallidas del payaso Bronco de Monterrey, ni con los bastonazos de ciego que utiliza la PGR para echar abajo todas las averiguaciones previas que incoa, mucho menos por las exculpaciones adelantadas de Virgilio Andrade, hoy exhibido como El Garufa del tango de Collazo y Fontaina. ¡Hasta que le encontraron una habilidad a este enano sin atributos! Debería estar agradecido con las redes sociales: ya no pasó de noche en la farándula de Atracomulco.
Decisiva intervención del narco en movilizaciones
Pero, más allá de estas anécdotas protagonizadas por el circo electoral de las franquicias políticas, abrigadas constitucionalmente como “entidades de interés público” –nunca peor usado el término jurídico, que sólo justifica ocurrencias sentimentales y negocios familiares– está lo peor, lo que definirá el futuro de la democracia nahuatlaca: la decisiva intervención del narcotráfico en las movilizaciones electorales.
La Colombia de Escobar Gaviria se va a quedar sólo como un menor referente histórico. En México es una realidad vergonzosa, inocultable, que se ha impuesto por encima de la nula previsión de los políticos, como Oso..rio Chong, que se la pasan hablando de gobernabilidad y confianza en el régimen, mientras su audiencia se desternilla a carcajadas.
El narco revirtió los resultados que preveían
El narcotráfico llegó para quedarse. Aunque era un desenlace cantado, vale la pena reflexionar en que no sólo es dueño de todo el circulante existente –pues el que se derivaba de los presupuestos se lo robó Vi(rey)garay–, no sólo es el dueño de plazas comerciales, hoteles, desarrollos inmobiliarios, bancos, distribuidoras de autos y artículos de consumo esencial en el país, repartidas por empresas de gran lujo que no corresponden a esta desastrada economía.
Ahora es dueño de su propia venganza. Protesta contra todos los que han jurado legalizar las drogas, porque atentan contra sus business. Apareció en el momento oportuno, el electoral, para mostrar su músculo y sus inexorables fuerzas. Revirtieron los resultados en estados clave, en favor de sus aliados y protegidos.
Una buena parte del porcentaje de participación electoral –inusitado, cerca del 50% de votación en elecciones locales, impensable en el ánimo de apatía y abulia que campea en el ciudadano común y corriente–, el narco movilizó las conciencia$ de grandes franjas electorales, y dio el manotazo sobre la mesa.
¿De qué cartel serán los candidatos en 2018?
No tardan en aparecer los sesudos análisis que demuestren dicho. Que ratifiquen que la debilidad institucional del Estado, de su sistema de partidos, de sus palafreneros y de sus operadores en todos los terrenos, no tiene para dónde hacerse. De hoy en adelante, será remplazada por el de todos tan temido Narco Estado.
Esperemos más violencia, más chanchullos, más indefensión gubernamental, ante sus Excelencias, los dueños del aparato de sueños: los narcotraficantes que vienen por todo, y más!
¿De qué lado cree usted que se pongan tolucos y pachuquitas?
Todo apunta a que el próximo Presidente de México le deberá más al narco que a cualquier partido, llámese como se llame, opere desde donde opere.
¡Ya lo verá usted¡
Índice Flamígero: “¡Con la Iglesia topamos, Sancho!” La afamada frase cervantina explica el reposicionamiento de la derecha panista. Católicos, evangélicos, prácticamente todos los ritos hicieron causa común en contra de la controvertida iniciativa del inhábil Peña Nieto para legalizar las uniones igualitarias. Sin timing, sin prever consecuencias, sólo para que sus textoservidores dijeran que “rebasó por la izquierda”. Y en los comicios, la derecha lo arrolló “defendiendo a la familia”. + + + Escribe Héctor Anaya, afamado autor literario, respecto a la colaboración del lunes titulada Oso…rio Chong siempre derrama el tepache: “De las virtudes teologales, mi querido Paco, te falto la Esperanza, que ésa sí la practica el Oso de la pandereta. Espera y espera, por si alguien se descuida y lo nombran candidato, mientras se la pasa de candidote.” Gracias, maestro.
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