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(Videos) Muhammad Ali: La grandeza tiene un final

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El ícono del boxeo Muhamad Ali al fallecer a la edad de los 74 años en Phoenix, después de luchar durante 32 años contra la enfermedad de Parkinson y su funeral será en la ciudad de Louisville, Kentucky.

Es Ali un elemento más de la cultura popular de esta época, a lo largo de su actividad demostró tener fortaleza en el cuadrilátero y fuera del mismo y como referente ideológico, no solo para la población afroamericana. Fue encarcelado, despojado de su título y se le prohibió el boxeo durante tres años y medio antes de volver a ser campeón del mundo en 1974.

Consiguió dos títulos: AMB y CMB, cuando ganó por nocaut en el octavo asalto a George Foreman durante la denominada “Batalla de la Selva” en Kinshasa, en la República Democrática del Congo, antigua Zaire.



Ali perdió luego su título por puntos ante Leon Spinks el 15 de febrero de 1978 y lo recuperó después en la revancha del 15 de septiembre del mismo año.

Nacido como Cassius Marcellus Clay, fue campeón olímpico en Roma en 1960 y al convertirse en profesional, fue monarca de la AMB luego de vencer a Sonny Listo en 1964 por nocaut en el séptimo asalto.

En algunos momento que hubo oportunidad de hablar con Angelo Dundee que figuró como su ángel guardián en la esquina, estaba convencido de la grandeza de alguien con su tamaño y peso, su habilidad para boxear estableciendo un prototipo dentro de la máxima división de los pesos completos.



Se sentía el niño bonito del boxeo y su muy peculiar forma de hablar, daba pie para criticar a los contrarios, de enojarles durante las conferencias de prensa. Esa habilidad que lo caracterizó se compaginaba con su original frase: “floto como mariposa y pico como una abeja”. “Soy el más grande”.

Siempre que hubo ocasión decía “Cassius Clay es el nombre de un esclavo. No lo escogí. No lo quería. Yo soy Mohammad Ali, un hombre libre”.

En otros momentos de su brillante carrera dijo: «Sólo un hombre que sabe lo que se siente al ser derrotado puede llegar hasta el fondo de su alma y sacar lo que le queda de energía para ganar un combate que está igualado».

“(He God) gave me Parkinson’s síndrome to show me I’m just a man like everyone else. To show me I’ve got human frailties like everybody else does. Tha’ts all I am: a man”

«Él (Dios) me dio la enfermedad de Parkinson para mostrarme que era un hombre como los demás, que tenía debilidades como todo el mundo. Es todo lo que soy: un hombre» – Durante una entrevista en 1987.

Cuando se sintió enfermo, su orgullo lo obligó a retraerse, no le gustaba que sus amigos y admiradores le vieran así. Tuvo ayuda cuando lo nominaron para encender el pebetero en los Juegos Olímpicos del centenario de Atlanta 96. Se ha ido un gran campeón, fue grande en el ring como fuera del mismo. Tuvo tiempo para despedirse de su familia. El más grande de todos ha perdido su último combate.

Sus frases serán inmortales:

«Soy el más grande. Me lo dije incluso a mí mismo cuando no sabía que lo era».

«Un hombre que ve el mundo a los 50 igual que a los 20 ha perdido 30 años de vida».

«Yo no divido al mundo entre hombres modestos y arrogantes. Divido al mundo entre los hombres que mienten y los que dicen la verdad».

«El silencio es oro cuando no se puede encontrar una buena respuesta».

«No cuentes los días: consigue que los días cuenten».

«Cuando tienes razón, nadie lo recuerda; cuando estás equivocado, nadie lo olvida».

«Yo fui el Elvis del boxeo, el Tarzán del boxeo, el Superman del boxeo, el Drácula del boxeo. El gran mito del boxeo».