
HANNOVER, ALEMANIA.- Científicos de la Universidad de Leibniz en Hannover, se han dado a la tarea de hacer que los robots tengan sensaciones tales como el dolor. Para lograr esto, han desarrollado un tejido que permitirá a cualquier máquina aprender sobre este tipo de manifestaciones.
El sistema se basa en una estructura de sensores en capas similar a la piel humana que registra la presión y la temperatura constantemente y envía señales al procesador del robot. Si estas señales sobrepasan tres umbrales (leve, moderado o severo), el robot reacciona alejando su apéndice más o menos suavemente, o estableciendo mecanismos de compensación y solicitando ayuda a un operario cercano.
¿Pero por qué hacerles vivir esto? Por un lado, de acuerdo a los científicos, sería de gran utilidad para que los robots en una hipotética situación, no se dañen mientras trabajan o de desplazan. Por otro, al igual que con los humanos, el dolor es una forma de protección, que indica que algo no se encuentra bien.
Johannes Kuehn y Sami Haddadin, de la Universidad Leibniz en Hannover, creen que el sistema no solo protegerá a los robots. La facultad para notar dolor es también necesaria para que los robots no dañen a los seres humanos al entrar en contacto accidentalmente con ellos. En un mundo en el que cada vez hay más máquinas y seres humanos trabajando en el mismo ambiente, parece una buena idea.
Haddadin, de hecho, es uno de los mayores expertos mundiales en interacción entre humanos y robots, así como en seguridad robótica. El trabajo conjunto de ambos investigadores acaba de presentarse en la Conferencia Internacional de Robótica y Automatización (ICRA) celebrada esta semana en Estocolmo.
con información Universidad de Leibinz
jcrh