Durante poco más de cinco lustros, AMLO, ha jugado el papel que se ha auto asignado, lo ha hecho tan profesionalmente, que hoy podría ser víctima de si mismo, desde que dejó el PRI y pasó a formar parte del PRD, protegido y aupado por el que alguna vez, fuese el líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas, a quién luego traicionaría y casi lograría echar del Partido, todo para tener a los dirigentes de las diversas tribus como sus aliados, controlar el partido ser Jefe de Gobierno y luego candidato a la Presidencia.
La segunda vez de su candidatura presidencial, Andrés Manuel, llevaba en mente ganar y salirse del PRD y desde Los Pinos construir una nueva opción, hecha a su semejanza, sin embargo al no ganar, AMLO, apresuró su salida y siguió organizando su propio partido, sin ninguna ética tomando cuadros y bases del Partido que antes lo encumbró.
AMLO, es traición, mesianismo, mentira, victimización, es corrupción y es evangeamlolizacion, estas conmigo o estás en mi contra, en ese simplismo, esta lo grave de sus posturas, es el dogma, si la palabra proviene de Andrés Manuel debe entenderse, como la verdad absoluta, lo que el diga, no debe ser cuestionado, no debe ser contradicho. La organización de su partido se parece mucho a la de cualquier estructura eclesial.
El Peje, como gusta le digan, más como marketing, que como un gesto sincero, desde que en la Presidencia de Vicente Fox, se planeó y consumó el desafuero, Andrés aprendió que el ser víctima es rentable, social, política y económicamente, su tan autoexaltada honestidad, es una farsa, supo aprovechar su cargo como Jefe de Gobierno, y ha sabido sumar a cierto tipo de intelectuales, actores y actrices, académicas y académicos, a su causa, causa retrógrada, si una propuesta real, el Peje con una retórica más parecida a la evangelización, con frases cortas, pueriles, sin rumbo ni dirección logra más, que sus adversarios, más preparados, pero menos eficaces.
Andrés Manuel, gusta de enjuiciar, de señalar, de culpar y de adjetivar, se presenta como el santón de la política, AMLO el puro, el “ gran Salvador, el Redentor” él es honesto los demás no, él es quien piensa en el “ pueblo bueno” él sabe que necesita México, su cursi discurso, lleno de falsedades, su discurso de odio, intolerante, ignorante, logra asustar, principalmente a quienes están en el poder, sus gritos chillones, la victimización como norma, armas que Andrés utiliza a la menor provocación, y luego su ejército de leales, que de inmediato salen en defensa de su Obispo, la iglesia amlolica cuyos feligreses son más lopezobradoristas que su propio fundador.
El señor López Obrador, ha vivido de la mentira y del engaño, vende una imagen de personaje fuera de este mundo, impoluto, incapaz de traicionar, incapaz de robar, lo cierto es que se burla de todos, así de frente y sin pudor, existen indicios de corrupción en su período como Jefe de Gobierno, quienes hoy lo aclaman, ya olvidaron como explotó en los años noventas, a los habitantes de poblados tabasqueños cercanos a los campos petroleros, y de las cantidades de recursos económicos, que recibía de la Regencia del DF de aquellos años.
Maestro en el arte del engaño, AMLO ha sabido disimular su carácter irascible, su proclividad al autoritarismo, ha sabido jugar con la necesidad de los sectores más desprotegidos de la sociedad, y ha sabido ocultar su ignorancia, a golpe de suerte y chistoretes ha logrado crear una marca de su propia persona y ha construido un personaje de si mismo, anticlimático pero muy eficaz, de ser un político provinciano y pendenciero, a ser hoy, un tipo con posibilidades reales de pelear por la Presidencia, temido, no respetado, nadie hasta ahora lo ha enfrentado con eficacia, primero Fox, luego Calderón no hicieron sino encumbrarlo, empoderarlo, AMLO, ha sobrevivido ha si mismo, y con una pequeña ayuda de sus adversarios cumplirá 17 años en campaña, violando las leyes electorales, desde su candidatura a Jefe de Gobierno, hasta la construcción de su partido-iglesia, Andrés Manuel, ha hecho lo que ha querido, nadie se ha atrevido a frenarlo con la ley en la mano.
Hombre testarudo, inculto, farsante, egocéntrico y obsesionado por el poder es, hoy por hoy, puntero en las encuestas rumbo al 2018, es sin dudas el adversario a vencer, mientras Andrés Manuel, avanza, sus adversarios, siguen sin encontrar el método que detenga, lo que parece la imparable carrera de un candidato con 17 años en campaña!!!
jcrh