CIUDAD DE MÉXICO.- Solo en tiempos recientes, se le ha dado importancia al fracking, el popular método de extracción de gas de esquisto o shale. el cual plantea importantes amenazas para el aire, agua y salud. De acuerdo con la Alianza Mexicana contra el Fracking, en México esta práctica de la fractura hidráulica se lleva a cabo desde hace 60 años, en diferentes grados.
Por otro lado y de acuerdo con diversas investigaciones científicas, se ha demostrado que los daños causados por esta técnica no pueden ser evitados a través de marcos regulatorios como lo pretende hacer el Gobierno federal a través de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ANSIPA).
De acuerdo con Francisco Cravioto Lagos, investigador de la Alianza Mexicana contra el Fracking, “la ANSIPA dice que está trabajando en un protocolo de lineamientos no vinculantes (no obligatorios) para las empresas, a partir de los cuales puedan regular la parte de la fractura hidráulica. Dicen que observando estos lineamientos podrán evitar la mayor parte de los impactos ambientales. Eso es mentira porque claramente tenemos el convenio de estudios donde la conclusión dice que esta actividad no se puede regular”.
El especialista añadió que en el mundo no existe suficiente regulación que permita que esta actividad se realice de forma segura, por lo que esta práctica “se debe prohibir en México”.
La Alianza Mexicana contra el Fracking, conformada por 45 organizaciones que se encuentran presentes en toda la República Mexicana, desde 2013 ha presentado múltiples estudios y evidencia científica sobre las afectaciones de este método; sin embargo, exponen que las autoridades tanto federales como locales no han emitido algún pronunciamiento sobre esta práctica, a pesar de la preocupación de la ciudadanía.
“En el tema se han hecho declaraciones tanto por el Gobierno federal a través de la Secretaría de Energía, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, inclusive la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pero éstas han sido para mitigar en la opinión pública las afectaciones de este tipo de proyectos y los promueven abiertamente descartando los estudios que han presentado las organizaciones”, añadió.
El colectivo de la Alianza contra el Fracking también se ha acercado con legisladores federales para presentar iniciativas. En noviembre pasado promovieron junto con algunos legisladores la Ley General de Prohibición de la Fractura Hidráulica en México, sin embargo, la gran mayoría de ellos descartó la propuesta.
“También hemos tratado el tema directamente con funcionarios de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, ellos se deslindan de la responsabilidad porque dicen que no es su función, lo único que hacen es vigilar el proceso de contratos y licitaciones. Dicen que no tienen la responsabilidad de vigilar las afectaciones sociales”, precisó Cravioto Lagos.
De acuerdo con datos proporcionados por Petróleos Mexicanos (Pemex), se han perforado 934 pozos con la técnica del fracking en el país, distribuidos en su mayor parte en Veracruz (300), en la Cuenca de Burgos (200), más de 120 en la Sierra Norte de Puebla.
con información de la Alianza Mexicana contra el Fracking
jcrh