MÉXICO.- Lupita D’Alessio hizo vivir una noche con la emoción que solo ella sabe imprimir. Con Aida Cuevas, José María Napoleón y su hijo, Ernesto D’Alessio, Lupita “La leona dormida”, festejó 45 años de mover emociones.
Un medley instrumental con algunos de los más significativos éxitos de Lupita D’Alessio daba la bienvenida a los asistentes a lo que se convertiría en una de las noches más importantes en la carrera de “La D’Alessio”, el festejo de los 45 años de carrera.
Punto y Coma, Vieras cuántas ganas tengo, Juro que nunca volveré, fueron las canciones con las que la interpretación de “la maestra de las maestras” empezaba a entregarse al público que le aplaude desde hace más de cuatro décadas y media.
Después, recordando un poco los temas que de ella sonaban noche a noche en los culebrones, le llegó el turno a “Aquí estoy yo”, original de Lolita de la Colina y que formara parte de la telenovela “Amor Prohibido” de 1979 producida por míster telenovela, Ernesto Alonso.
La emoción brotaba insistentemente y su primera invitada de lujo aparecía en medio de las frases iniciales de una canción emblemática en la carrera de ambas, del puño de Juan Gabriel, “La Diferencia” era entonada por Aida Cuevas “La Reina de la Canción Ranchera”, que se unía a la voz de Lupita para hacer un dueto inolvidable. Dos grandes sobre el escenario, cada una con su estilo, con su sello, con su emoción.
No me preguntes con quién de sus más recientes producciones le dejó el reconocimiento de todo el respetable, quienes en afán de escucharla solo a ella y ante una leve equivocación del número que seguía, ni tardos le pedían que cantara a capela. Pero “somos humanos” comentaba ella y así llegaban los temas de Juanga a los que ella les imprime el sello “duro y contra ellos”.
Pero hay que hacer notar esto, alguien le hizo mirar al presente, dejar musicalmente el pasado atrás, y evolucionar en todos sentidos sonoros. La orquesta cuyos músicos tienen con ella más de 11 años, acompañados de aproximadamente 20 cuerdas entre chelos, violines y violas, daban notas frescas, actuales, nada soñaba antaño, era el ayer con el hoy, era la lírica que muchos cantaron cuando originalmente salía al mercado pero que cantan 45 años después sin sonar otoñal.
Así llegaban más temas y con ellos un momento especial, José María Napoleón, el autor de tantos éxitos, también dio vida a una letra que “La Leona” hiciera propia en su interpretación, “Se vende esta casa”, ella inició el tema, no sin antes decir lo emocionada que estaba, entró Napo y de inmediato el sentir de los oyentes explotó, dos estrellas brillaban y daban su propio sentimiento a un tema fuerte, experimentado por muchos, llorado por tantos y cantado por ellos, el que lo sintió y la que le dio vida.
“Gracias por su fidelidad a mi música en estos 46 años de carrera” con este agradecimiento vino “Lo siento mi amor”, y una que no puede faltar, “Acaríciame” con la que ella vibro, el público lloró y los músicos le reconocían de pie, casi diciendo, “esto solo ella lo consigue”.
Como tú, es otro tema de la pluma de Lolita de la Colina que a finales de los años 70 le dio el premio como mejor intérprete y mejor canción en el desaparecido festival de la OTI nacional y el tercer lugar en el internacional. Esa canción merecía un acompañante que saliera de sus entrañas y literal, su hijo Ernesto D´Alessio, actor y cantante, estuvo con ella para darle un plus al momento, ella con su retoño, unidos por lo que más les gusta, la música, en el escenario más importante de Latinoamérica.
A nadie le tiene que aclarar por qué todos la señalan como la mejor intérprete de México, se trata de verla, escucharla y dejarse llevar. Ahora con arreglos más vanguardistas llevó a todos a cantar, no importaba nada, había hombres, mujeres, fieles de por vida, de 45 años, quizá algún despistado, había de todo, pero todos cantaban y le aplaudían, le reconocían su valor.
Llegó “Mudanzas” otra indispensable, icónica, valiosa, para ella, la abanderaba de las mujeres, la abanderada de la lucha por defender lo que representa saber amar y su precio, con todas las consecuencias buenas y malas, por el derecho solo de amar y vivir, ese era el comienzo del final, la gente le pedía otra, y una advertencia rítmica y más sonora se preparaba para cerrar con “Té estas pasando” y así, feliz del deber cumplido, con ritmo, bailando le canta óyeme bien, te lo diagonalmente bien, te estás pasando… y queda la invitación para otros 45 años más con ella, con la mejor.
jcrh