PEKIN,- Luego de 36 años, durante el primer congreso del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, se apresta a «coronar» a Kim Jong-un como Jefe Supremo del país. Es el líder -tercera generación- de la familia Kim en el poder desde hace siete décadas, sobre las huellas de su padre Kim Jong-il y su abuelo y fundador del actual estado comunista, Kim Il-sung.
Los detalles fueron verificados hoy con precisión maníaca para que los rituales formales y coreográficos, que son parte sustancial de las lógicas del régimen, puedan funcionar a la perfección. Así la televisión oficial KCTV mostró las imágenes de los grandes preparativos de la fiesta, en la que Pyongyang manifiesta su ansiedad en las vísperas de la apertura del Séptimo Congreso comunista.
«Lo que se espera es una investidura plebiscitaria del líder (llamado entre otros títulos, «el gran Sol del siglo XXI», ndr) por otros cuatro años desde la toma del poder, reforzada por la aprobación del dogma del ‘Byongjin’, el desarrollo de la economía y de los armamentos nucleares», dijo a ANSA una autorizada fuente cercana al régimen.
Se trata de una evolución actualizada del «Songun», la visión que colocó a los militares «por encima de todo», camino tomado a mediados de los años 90 por el «querido líder», Kim Jong-il, para transformar a Pyongyang en potencia atómica. Desde entonces el gobierno norcoreano violó de modo sistemático numerosas resoluciones de Naciones Unidas en contra de su programa armamentista, subrayadas por el Consejo de Seguridad luego de la enésima y última provocación de la nación asiática, que fue el lanzamiento de misiles submarinos en abril de este año.
Sin embargo, el «Songun» destruyó la economía, agotando los escasos recursos para frenar la desastrosa carestía de fines del siglo pasado, acentuada por la total dependencia económica respecto de China. El esquema que se busca es el de una vuelta al equilibrio y la revitalización del Partido para un nuevo esfuerzo en el frente económico.
Se plantean por estos tiempos difíciles relaciones con el principal aliado, Pekín, irritado por la imprevisibilidad de Pyongyang. Pese a todo, el aparato oficial de propaganda destaca los «mensajes de congratulación de todo el mundo» para el hecho más importante de la vida política del país, con felicitaciones, por ejemplo, del Partido Comunista ruso, el Islamic Iran Solidarity Party y los Partidos de los Trabajadores de Nepal, Mongolia y Bangladesh.
No se cita sin embargo al poderoso Partido Comunista Chino, que no está claro si envió como en el pasado una delegación propia al Congreso norcoreano. En el juego de la refundación del Partido de los Trabajadores uno de los movimientos a seguir, al finalizar los tres días de sesiones, será el nombramiento de una conducción. Un puesto de relevancia está reservado para la hermana del líder, Kim Yo-jong, su «brazo derecho» en los últimos tres años y la persona en la que más confía.
Cerca de cumplir los 30 años de edad, la joven podría ser promovida de su actual puesto de vicedirectora de Propaganda en el interior del Comité Central del Partido a convertirse en Jefa de Departamento, equivalente a un puesto ministerial. Ambos hermanos son hijos de Ko Yong-hui, la mujer más amada de Kim Jong-il, muerta de cáncer con apenas 51 años, y reflejan el indisoluble lazo entre el «querido líder» y Kim Kyong-hui, la tía del actual líder, bautizada como la «Lady Macbeth» de Pyongyang y número cuatro del régimen.
La figura de Kim Kyong-hui se vio eclipsada tras la caída en desgracia de su marido, Jang Song-thaek, ejecutado bajo el cargo de alta traición por orden de Kim Jong-un. La maquinaria organizativa y de propaganda de Pyongyang trabaja a pleno, al punto de decretar la «suspensión momentánea» de funerales, matrimonios y mudanzas en la capital norcoreana, para prevenir cualquier potencial contratiempo que pueda ensombrecer la consagración del «Jefe Supremo».
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