
Todo se basa en fechas, el inicio de la robótica moderna tiene su orígen a partir de 1954 con la patente de George C. Devol Jr. cinco años después se vería a “Ultimate” surgido de la planta de fundición inyectada de General Electric en Turnstead.
A partir de entonces, el tiempo ha transcurrido y el desarrollo inmediato en torno a la robótica industrial que están llamados a convertirse en paradigma de la automatización industrial a grado tal que se han convertido en una amenaza para los trabajadores, quienes piensa serán desplazados por éstas máquinas.
La robótica como otras ramas de la ciencia y la tecnología tuvo orígenes promisorios en pro de un desarrollo rápido, superando el ámbito de la ciencia ficción, las aportaciones han sido constantes basadas en una metodología de la inteligencia artificial, permitía avizorar que robots dotados de gran flexibilidad y adaptación al entorno habrían de invadir todos los sectores productivos.
Ahora se advierte que en materia industrial alcanza un grado de madurez por la compra e instalación de robots, ha dejado de ser una aventura para convertirse en opción razonable en muchos contextos de la automatización.
Aunque la apariencia de los robots industriales no ha cambiado significativamente y muchos modelos actuales tienen una estructura y funcionamiento similares, aunque a diferentes escalas, a aquel primer PUMA que Unimation entregó en 1978 al centro de tecnología de General Motors en Warren, Michigan, lo cierto es que tanto en los aspectos mecánicos como en el control y la programación, los avances han sido importantes aunque no espectaculares.
Mientras en Francia, autoridades revelaron que un buceador robótico –Ocean One- un producto surgido de “Transformers” es obra de un equipo de expertos enrobótica, de la Universidad de Stanford. Este robot en forma de humanoide ayudará a los investigadores a explorar sitios arqueológicos sumergidos que se hallan a demasiada profundida como para ser explorados por buzos humanos.
Fue presentado en Marsella, después de una inspección de prueba de los restos de un buque del siglo XVII, donde el robot rescató una pieza de cerámica y la alzó a la superficie.
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