CDMX, México.- Era un lindo día en Liverpool, Inglaterra, Harvey Kenyon Caims viajaría por primera vez a Orlando, Florida en Estados Unidos, las primeras vacaciones en su vida, pero algo salió mal.
Uno se imaginaría que es un anciano o alguien que se la pasó ahorrando, pero no, Harvey tiene sólo tres meses y fue acusado por su abuelo de terrorismo.
Paul Kenyon, el abuelo del bebé, al llenar el formulario para la visa, debía colocar cruces en el SÍ o en el NO de un largo cuestionario. El hombre se encargó de responder por su pequeño nieto. En una de las preguntas se le demandaba «si su nieto había participado o estaba ligado a actividades terroristas, de espionaje, sabotaje o genocidio». Sin prestar atención, Paul puso la cruz en el SI.
La embajada de Estados Unidos en Londres, a pesar de saber que el bebé tenía tres meses, exigió la presencia del pequeño para un interrogatorio. Y les informaba que el visado no había sido otorgado.
Paul, de 62 años, no sabía que hacer, pues el miedo de que algo le pasara a su nieto y la indignación obvia de una equivocación, invadían su mente.
Pero bueno, las autoridades llamaron al bebé, a la mamá y al abuelo, después de las preguntas de rigor, el error fue subsanado. Harvey no era un peligro y la visa fue otorgada. Ya después tuvieron que pagar por reprogramar los vuelos y desembolsar 3 mil 800 dólares adicionales para poder llegar a Orlando.
No cabe duda que los hechos dejaron una experiencia para todos…¡Siempre debemos revisar la letra chiquita con lupa! (repítelo como mantra).