
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Pocas veces los actores tienen la oportunidad de representar un papel, que saque lo mejor de sus capacidades histrionicas… la actriz mexicana Naian González Norvind, la tiene y vaya que la está aprovechando. Y es que en ella recae la responsabilidad de llevar a buen puerto, la puesta en escena de Her Requiem, el trabajo más reciente del autor Greg Pierce, quien es responsable de piezas tales como Kid Victory, The Landing o The Quarry. La dirección corre a cargo de Kate Whoriskey.
En esta obra, la cual se estrenó en el Lincoln Center Theater, de Nueva York, Naian González Norvind interpreta a Caitlin, una chica de 17 años, quien decide dejar de lado su último año en la preparatoria, a fin de componer un Requiem, tal como en alguna ocasión lo hicieran Mozart, Dvorak o Verdi.
Debido a la dedicación que Caitlin pone en su trabajo, su padre, Dean (interpretado por Peter Friedman), se obsesiona con los requiems y con la gente a quienes les gustan. Curiosamente su madre, Allison (Mare Winningham), comienza a preocuparse por el aislamiento que está experimentando la joven de todo el mundo, con excepción de su maestra de música.
Así las cosas, Her Requiem, nos presenta el drama de la desintegración de una familia, en favor de un proyecto personal.
Con apenas 20 años de edad, Naian representa a una nueva y muy talentosa camada de jóvenes actrices mexicanas, que vienen destacando en diferentes proyectos y escenarios del mundo.
Y cómo no habría de hacerlo Naian, si es hija de la actriz Nailea Norvind y nieta de Eva Norvind, cineasta neoyorquina con raíces noruegas quien también destacara en los escenarios.
Con una incipiente carrera en el ámbito actoral mexicano, Naian González Norvind, quien también incursiona en la poesía, obtuvo el premio a la mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato y ha sido dirigida, entre otros, por Raúl Fuentes, Fernando Sariñana y Maryse Sistach. Fue protagonista de la serie Crónica de castas, bajo la dirección de Daniel Giménez Cacho, en la que se da vida, pero de modo fiel, y sin clichés, al llamado barrio bravo de Tepito.
La talentosa actriz se ha mantenido alejada de las telenovelas, pues está interesada en dar el sí a otro tipo de proyectos: «Busco un contenido fuerte, interesante, propositivo y un buen guión, siento que es muy importante para un actor, porque uno no puede contar la historia solo, también es importante un buen equipo. Cuando representa un reto trato de agarrar el proyecto».
Apasionada de las artes, Naian participó en la primera temporada de Pacientes, serie de Canal Once. En cine actuó en las películas Todo el mundo tiene a alguien menos yo y Lluvia de luna.
Pero, ¿qué más apasiona a esta joven y talentosa actriz? Ella misma nos responde: “paralelamente a la actuación, me gustaría escribir; me interesa mucho la escritura de novelas y poesía. De cine, eventualmente, también», agrega Naian González Norvind que se confiesa admiradora de Vladimir Nabokov, Francis Scott Fitzgerald y Herman Hesse.
Por otro lado, con relación a la actuación y al proceso creativo, señala. “Como actriz escribo mi personaje en escena al estar abierta a todo lo que el personaje me esté dictando, pero no es sólo eso. Yo soy de las actrices que piensan que sin un buen guión no puedes llegar a mucho. Por ejemplo, todos esos cortometrajes estudiantiles donde aparece el chavo que está en la banca, en el parque, fumándose un cigarro y todo el corto es como él paseando… Están bien, pero casi nunca funcionan, es raro que esas cosas funcionen. ¿Por qué? Porque el actor necesita poder contar una historia. Mientras más concreta sea, mejor. O sea, lo abstracto puede funcionar, pero entonces debes tener a un director que sepa exactamente lo que quiere y que te lleve ahí. Y siento que en México hay tan buenos directores en el teatro como en el cine o en la tele. Por eso quiero hacer teatro. En cuanto empiezas a ver una serie, una película o una obra de teatro, el público acepta jugar el juego; tú aceptas que vas a hacer algo que no es real, pero lo vas a tomar por real. Sabes que no está sucediendo en realidad, que es ficción, pero te la crees y acabas llorando a veces o acabas riéndote. Esa es la primera parte. Eso es lo primero que le ayuda al actor».
Finalmente y pese a que ya es un rostro reconocido dentro y fuera de México, Naian no pierde el piso… al contrario.
“Poco a poco fui aprendiendo, por las buenas y por las malas, que ese no es el camino, y que la fama debe ser el resultado de tu trabajo y de tu talento. En lo personal, quiero poder brindar al espectador lo que otros actores me han dado a mí. No sólo valoro la actuación como un oficio, sino también como un acto de generosidad”.
jcrh