Con una larga trayectoria como actor y una infinidad de kilómetros recorridos fuera de sus películas, el famoso protagonista de grandes rodajes, en su mayoría del género “Western”, Clint Eastwood llegó a convertirse en un “icono cultural de cierto tipo de masculinidad” en la época de los 70’s.
Más allá de espectaculares rodajes en el viejo oeste y sombreros vaqueros, Eastwood realizó innumerables películas de acción en las que apareció montando bellos ejemplares de dos ruedas.
Para los que disfrutan del séptimo arte, recordarán “Where Eagles Dare” (1968), película de guerra anglo-estadounidense en la que Eastwood aparece sobre una Norton P-11 750 cc “Scrambler”, o “Coogan’s Bluff” del mismo año, en la que se lleva a cabo una persecución en la que monta una Triumph, misma marca que se utilizó para otro de sus films, “Magnum Force” en 1973.
También hizo algunas escenas sobre una Harley-Davidson para la película “The Eiger Sanction” en 1975, y por supuesto no podemos pasar la tierna película “Any Which Way But Loose” (1978), en la que su coprotagonista es un chimpancé.
El intérprete estadounidense de “Dirty Harry” (1971), “Play Misty for me” (1971), “Heartbreak Ridge” (1986), “The Bridges of Madison Country» (1995), “Million Dollar Baby“ (2004), y «Gran Torino» (2008) por mencionar algunas, es una más de las tantas celebridades que aporta a su trabajo la pasión por estas sublimes máquinas, y aunque dudamos que el actor, de ya 85 años, aún deleite sus días con el placer de salir a rodar sobre alguno de estos ejemplares, no nos cabe la menor duda de que es una persona que disfrutó de este cliché relacionado con las motos, de la misma manera que lo plasmó en la pantalla grande.