
MIAMI, Estados Unidos.- El acoso entre mujeres, de todas las edades, se ha ido incrementando durante los últimos años, al punto que ya tiene un término propio: wollying, la combinación de las palabras en inglés de mujer (woman) y acoso (bullying)
Cuando Rebecca Sedwick, de 12 años, decidió en el 2013 subirse a la plataforma de un planta de cemento abandonada en Lakeland, al centro de la Florida, y lanzarse al vacío, llevaba más de un año siendo acosada y recibiendo burlas online.
Investigaciones posteriores identificaron a un grupo de al menos 15 compañeras como las acosadoras de Sedwick, quien recibió un sinnúmero de mensajes llenos de odio, insultos y sugerencias a que acabara con su vida. Uno incluso le decía “bebe cloro y muere”.
Para la reconocida psicoterapeuta Sheila Morataya, el fenómeno del wollying ha crecido precipitadamente con el surgimiento y popularización de las redes sociales, debido a que da la aparente libertad de expresar cualquier pensamiento por no tener a las personas frente a frente.
Adicionalmente, estas plataformas permiten a sus usuarios actuar en el impulso del momento.
Abuso de poder
La asesora de vida indicó que cuando la mujer carece de autoestima y de valores, entonces puede convertirse en victimaria de otras féminas al llenarse de miedo porque esa otra persona representa lo que se quiere o anhela. “Hay mujeres que definitivamente por llegar a un lugar no les importa pasar encima”, dijo.
El 31% de los casos de maltrato abusivo repetitivo en el trabajo es realizado por mujeres.
Este fenómeno no solo se ve en las escuelas. De acuerdo con el más reciente estudio del Instituto de Acoso en el lugar de trabajo, 31 por ciento de los casos de maltrato abusivo repetitivo en el trabajo es realizado por mujeres. Y el objetivos de ellas son principalmente las mujeres (68%).
En cambio en el caso de los hombres –que son responsables del 69 por ciento de los abusos laborales– sus víctimas suelen ser personas de ambos sexos por igual: 57 por ciento hombres y 43 por ciento mujeres.
Durante una visita a Miami para promover su libro El espejo: ámate tal como eres, Morataya resaltó que la importancia que tienen los papás en la autoestima de sus hijas, que luego se convertirán en mujeres.
La misma Morataya ha sido víctima del wollying. Contó que sufrió maltratos cuando era modelo profesional en El Salvador, pero nada se comparó a la pesadilla que vivió cuando hace cuatro años empezó a ejercer como psicoterapeuta y asesora de vida en Houston, Texas.
“Eso me golpeó mucho”, reconoció Morataya, quien fue acosada de niña y abusada sexualmente por un tío.
A raíz de este acoso, la salvadoreña decidió cerrar sus cuentas de redes sociales por un tiempo, pero asegura que ya lo ha superado tras un proceso psicoterapeútico. Esta es en parte las razones que la han motivado a adentrarse en el tema del wollying.
¿Eres víctima de acoso?
Para las mujeres que crean que son vulnerables a acoso, Morataya les aconseja que se exponga, se atrevan a hacer cosas diferentes y salir de su zona de confort. “Aprende a desarrollar la piel de lagarto porque el mundo es el mundo”.
También les recomienda que investigue profundamente los grupos a los que se afilia. “Siempre vas a tener un nicho en el que te vas a sentir mejor y estar en tu nicho te va a nutrir para salir de allí”. Pedir ayuda a un psicoterapeuta es otra opción para que las ayude a conectar con su valor, su autoestima, “belleza única e irrepetible”.
¿Eres una victimaria?
En cambio, para las mujeres que se la pasan acosando a otras, Morataya les aconseja que “vuelvan a su infancia” para determinar si alguien les hizo daño o si hay algo que no está resuelto. “Es la niña herida la que se está vengando porque en la esencia femenina hay nobleza. Nosotras somos la que traemos la armonía a la sociedad”.