Legisladores europeos llamaron hoy a la Unión Europea (UE) a tomar medidas para alargar la vida útil de productos electrónicos e informáticos y poner fin a la llamada «obsolescencia programada», cuando los aparatos dejan de funcionar en un tiempo predeterminado por el fabricante.
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Una encuesta publicada en 2014 por la Comisión Europea (CE) reveló que 77% de los consumidores europeos preferirían intentar reparar un aparato que no funciona antes que comprar otro nuevo, aunque suelen acabar haciéndolo debido al elevado costo de la reparación.
«Debemos impulsar la reparación de todos los productos que salen al mercado», sostuvo el diputado ecologista francés Pascal Durand, quien propuso una resolución que aboga por ello, aprobada este martes por la Eurocámara.
«Tenemos que asegurarnos de que las baterías no están adheridas al dispositivo, para que sea posible sustituirlas y no vernos obligados a tirar un teléfono móvil cuando la batería falla».
La resolución parlamentaria pide que la Comisión Europea (CE) establezca “criterios de resistencia mínima” para cada categoría de producto desde la fase del diseño y que defina el concepto de obsoleto para bienes tangibles y soportes digitales.
Para disuadir a los fabricantes, los diputados sugieren crear un sistema independiente para detectar la vida útil programada de los productos o una “etiqueta europea” que informe a los consumidores la durabilidad del producto, el diseño ecológico, la capacidad de acompañar los avances técnicos y la posibilidad de reparación.
«Hay que garantizar que los consumidores reciban información sobre la vida útil de los productos y de si pueden ser reparados».
Bruselas debería obligar a los fabricantes a colocar precios “adecuados” a las piezas de recambio indispensables para un funcionamiento correcto y seguro de los bienes, de acuerdo con la resolución.
De manera paralela, la medida sugiere que los gobiernos europeos ofrezcan incentivos fiscales para compañías que fabriquen productos duraderos y reparables, así como a la reparación y a la venta de aparatos de segunda mano.
Además, aboga por que se prohíban “las soluciones técnicas, de seguridad o los programas informáticos que impiden la reparación fuera de los canales autorizados”, a fin de permitir a los consumidores elegir reparadores independientes.
De esa manera, confían en que se podría “impulsar la creación de empleo y reducir el desperdicio” en la UE.
Con información de Notimex.
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