El sismo de 7.1 grados, que se registró el pasado 19 de septiembre, impactó a zonas con alta importancia económica, como es el caso de la Ciudad de México, Puebla, Guerrero y Morelos, indicó la agencia de calificación de riesgo Moody’s.
En un análisis, la calificadora señaló que esos cuatro puntos del país representan alrededor del 22.6% de la actividad económica nacional.
A diferencia del terremoto de 8.2 grados que golpeó principalmente a Oaxaca y Chiapas el pasado 7 de septiembre, el sismo del día 19 del mismo mes afectó en su mayoría a zonas altamente desarrolladas y de actividad económica.
“Aunque el daño y la trágica pérdida de vidas del terremoto de la semana pasada parecen ser mucho más bajos que los de 1985, el daño a la propiedad pública y privada fue grande y requerirá un gasto significativo”, indicó la calificadora.
El pasado martes se declaró emergencia extraordinaria para la Ciudad de México, Puebla, Guerrero y Morelos, lo que permite a estas regiones tener ayuda federal, incluyendo los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que es un instrumento financiero al que México tiene acceso para atender daños ocasionados por algún fenómeno natural, como en el caso de sismos, huracanes, lluvias severas y erupciones volcánicas, bajo ciertos lineamientos.
El Fondo cuenta con 9,000 millones de pesos (mdp) y recursos adicionales que en una primera fase se destinarían a las necesidades básicas de las víctimas, así como para financiar la reconstrucción.
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