El delantero del Real Madrid no es el único que podría hacerte perder capital. Los clubes Atlético de Madrid, Machester City y Liverpool también realizan estos procedimientos. Las palabras clave: contratos por diferencia.
En agosto, Cristiano Ronaldo envió un breve mensaje a sus millones de seguidores en Twitter. “Feliz con mi nueva asociación con @EXNESS”, escribió el delantero del Real Madrid. También retuiteó una declaración de una firma llamada Exness Group, en la que elogiaba cómo ésta “contribuye a la sociedad”, ofrece “servicios de máxima calidad” y fomenta una “cultura de conciencia social”.
Pero los reguladores europeos no están tan de acuerdo. El nuevo socio de Ronaldo, una firma de corretaje en línea con sede en Chipre, negocia instrumentos conocidos como contratos por diferencia o CFD, complejos productos derivados que las autoridades de todo el continente intentan contener, debido a los riesgos que representan para los pequeños inversionistas.
Exness ofrece apalancamiento o fondos en préstamo, de hasta 500 veces los depósitos de los operadores o traders, un rasgo que según los reguladores ayuda a que las personas pierdan dinero en apuestas de mercado que no entienden.
El Real Madrid y Ronaldo, quien tiene 21 millones más de seguidores en Twitter que el presidente de Estados Unidos, no son los únicos que han firmado acuerdos con firmas de CFD. Algunos de los principales clubes de futbol de Europa tienen vínculos con brókeres parecidos a Exness, incluidos el Atlético de Madrid, el Manchester City y el Liverpool, aun cuando los reguladores imponen prohibiciones publicitarias y consideran fijar un límite a los riesgos que pueden asumir los inversionistas en CFD.
Los CFD, calificados como “una volátil forma de apostar” por un juez irlandés en 2014, constituyen uno de los últimos bastiones de la opaca y apenas regulada especulación financiera en Europa.
Los contratos, que permiten a los inversionistas apostar sobre los movimientos de acciones, bonos, divisas y materias primas sin comprar los activos subyacentes, no se negocian en las bolsas públicas y en Estados Unidos están en gran medida prohibidos para los clientes minoristas. Su popularidad ha crecido en toda Europa desde 2010, despertando la preocupación de los reguladores, que dicen que los clientes no comprenden los riesgos involucrados.
Una operación puede funcionar de esta manera: un cliente con mil dólares en su cuenta apuesta a que el euro se va a apreciar contra el dólar estadounidense. La firma de CFD ofrece un apalancamiento de 400 veces, por lo que el depósito del cliente se convierte en una apuesta teórica de 400 mil dólares. Si el euro sube 0.1 por ciento, el trader gana 400 dólares. Si la moneda cae en la misma proporción, pierde 400 dólares o 40 por ciento de su depósito. Pero si el euro cae uno por ciento, el inversor pierde sus mil dólares y termina debiendo tres mil dólares.
La mayoría de las firmas de CFD realizan una llamada de reposición de margen o margin call después de una pérdida del 40 por ciento y pedirán más fondos o terminarán la transacción, según personas familiarizadas con la industria. A veces, sin embargo, los eventos se mueven demasiado rápido y los traders pueden terminar debiendo dinero. Cuando eso sucede, es más probable que el bróker perdone parte de la deuda y anime al inversionista a reanudar sus operaciones.
Con información de El Financiero.