La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) reconoció hoy el fracaso de sus protocolos al no haber respondido a una alerta sobre Nikolas Cruz, la cual fue recibida 41 días antes de que el joven asesinara a 17 personas en la escuela Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida.
El director del FBI, Christophe Wray, reconoció la seria falla en un comunicado difundido aquí, en el que lamentó la revictimización de los familiares de quienes perdieron en la vida en ese ataque, así como de quienes resultaron heridos en una de las mayores masacres escolares en la historia de Estados Unidos.
“Hemos hablado con las víctimas y sus familiares, y lamentamos profundamente el dolor adicional que esto causa a todos aquellos afectados por esta horrible tragedia”, dijo Wray, renovando su promesa de que la agencia llegará “al fondo de lo que pasó en este caso particular”.
La dependencia indicó que una persona cercana a Cruz contactó al FBI el 5 de enero pasado a través de la Línea de Acceso Público para manifestar su temor en torno al joven de 19 años, quien colocó en redes sociales imágenes que mostraban varias armas en su cama, así como el AR-15 que utilizó el miércoles.
Cruz compró legalmente el rifle semiautomático de asalto en febrero, cuando contaba apenas con 18 años de edad, y tampoco tuvo problemas para pasar el examen de verificación de antecedentes, pese a que ha sido señalado como alguien con desequilibrios emocionales y proclive a la violencia.
Aún cuando en la mayoría de los estados del país la venta de alcohol no está permitida para personas menores de 21 años de edad, las leyes federales permiten a aquellas que cumplen los 18 poder adquirir un arma de fuego, sin ningún tipo de restricción sobre el calibre.
El FBI explicó que la persona que llamó dio información sobre la posesión de armas por parte de Cruz, su deseo de matar gente, su conducta errática y sus perturbadoras publicaciones en redes sociales, además de alertar sobre el peligro potencial de que llevara a cabo un tiroteo en la escuela.
La agencia admitió que, bajo los protocolos establecidos, la información provista entonces debió haber sido valorada como una amenaza potencial contra la vida, y por ello debió haber sido transmitida a la oficina del FBI en Miami, “donde una apropiada investigación debió haber sido conducida”.
“Hemos determinado que estos protocolos no fueron seguidos para la información recibida el 5 de enero. La información no fue facilitada a la oficina del FBI en Miami, y ninguna investigación posterior fue conducida entonces”, precisó.
Cruz fue acusado el jueves de 17 cargos de asesinato premeditado, por los cuales podría enfrentar la pena de muerte, aunque hasta ahora las autoridades no han precisado el curso que seguirán en este caso.
Con información de Notimex.