El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió este lunes a arremeter con furia contra México, al afirmar que el gobierno de ese país debe detener la enorme caravana de inmigrantes que se aproxima a la frontera entre los dos países.
Por segundo día consecutivo, el mandatario estadounidense recurrió a la red Twitter para criticar a México y a la caravana denominada «Viacrucis Migrante 2018», y también al propio Congreso estadounidense.
«México tiene poder absoluto para no dejar que esa enorme ‘caravana’ de personas ingrese a nuestro país. Deben detenerla en su frontera norte», escribió el presidente en Twitter, un día después de haber acusado a México de hacer «muy poco» al respecto.
La irritación del presidente se concentra en la caravana integrada por unos 1.500 migrantes centroamericanos, que salió el 26 de marzo de la ciudad mexicana de Tapachula, fronteriza con Guatemala, hacia la frontera con Estados Unidos.
La marcha lleva el lema «Todos Somos Americanos de Nacimiento», y con esa caravana mujeres, hombres y niños de Guatemala, El Salvador y Honduras buscan exhibir el calvario que sufren en su paso por México hacia Estados Unidos.
Este lunes, Trump apuntó que en México «las leyes fronterizas funcionan», y por ello las autoridades de ese país «no deben permitir que esas personas ingresen a nuestro país, que no tiene leyes fronterizas efectivas».
– Plan DACA en la línea de fuego –
En otro mensaje Trump aseguró que México «está haciendo una fortuna» con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
«Con todo el dinero que hacen a costa de Estados Unidos yo espero que evitarán que esas personas ingresen a su propio territorio y al nuestro, por lo menos hasta que el Congreso cambie nuestras leyes migratorias», apuntó.
La furia de Trump se destina también al partido Demócrata en el Congreso, que bloqueó la aprobación de recursos en el presupuesto federal para construir el controvertido muro que desea ver erguido en la frontera con México.
Durante meses, los legisladores demócratas exigieron que a cambio de ese voto los legisladores republicanos adopten alguna medida para resolver la situación de los casi 700.000 migrantes que llegaron al país en la infancia y normalizaron su situación de forma temporal mediante el programa DACA.
Trump anunció a fines del año pasado la suspensión de ese programa, dejando esas centenas de inmigrantes en un limbo legal, pero dos jueves federales obligaron al gobierno a seguir autorizando la renovación de esos permisos de residencia.
Con ello, las negociaciones por el futuro del programa DACA quedaron en un segundo plano, y ello acabó por hundir también las conversaciones para financiar la construcción del muro fronterizo.
– Ausencia del muro –
«Debemos construir el muro y asegurar nuestras fronteras con una legislación fronteriza adecuada. Los demócratas no quieren fronteras, por eso (tenemos) drogas y crimen», escribió el mandatario.
Para el presidente, «DACA está muerto porque a los demócratas no les importa ni han actuado».
Un acuerdo alcanzado el 23 de marzo sobre el presupuesto federal destinó 1.600 millones de dólares a proyectos relacionados con la construcción del muro, un plan cuyo costo la propia Casa Blanca estimó en unos 25.000 millones.
En ese contexto, la noticia sobre la caravana «Viacrucis Migratoria 2018» aproximándose a la frontera cayó como una bomba sobre el humor de Trump.
Como ocurre habitualmente, Trump reacciona a temas presentados en su red favorita de TV, la ultraconservadora FoxNews, que ha estado cubriendo intensamente la aproximación de esa caravana a la frontera con Estados Unidos.
Un vocero de la organización no gubernamental Pueblos Sin Frontera dijo a la prensa mexicana que la caravana de migrantes se propone alcanzar la frontera con Estados Unidos en el estado de Baja California.
Se estima que más de 500.000 personas cruzan irregularmente territorio mexicano cada año con intención de llegar a Estados Unidos, según datos de Naciones Unidas.
Con información de AFP.
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