* Los vecinos ya sabían de la infidelidad.

Un albañil regresó a su casa en el pueblo de Maquizco, en Teotihuacán, probablemente antes de lo planeado pues lo que estaba haciendo su esposa definitivamente no lo vio venir.

Al llegar a su casa escuchó una tremenda fiesta con música a todo volumen, eran las 9:00 de la mañana. Al entrar se llevó una desagradable sorpresa: su esposa, Yuritsin, estaba en la cama con otro hombre.

Él, invadido por la ira, se armó con un martillo, tomó una alcancía (sí, una alcancía) y golpeó con ambos objetos al amante de su mujer. No paró de agredirlo hasta ver que su víctima ya no se movía.

Después de quitarle la vida al amiguito de Yuritsin, el enojado albañil decidió rociar con alcohol el cuerpo inerte para prenderle fuego.

Afortunadamente la mujer salió a pedir ayuda a los vecinos, por lo que el arribo de la policía provocó la huida del ahora homicida antes de que incendiara el cadáver de la víctima.

Según El Gráfico, las autoridades resguardaron la escena del crimen y procedieron a buscar al responsable de los hechos, aunque no lograron dar con su paradero.

Además, el cuerpo fue levantado y trasladado al anfiteatro por el Servicio Médico Forense.

Yuritsin y su esposo tenían dos meses viviendo en aquel lugar, tiempo suficiente para que los vecinos se enteraran del engaño de la esposa hacia el marido, pues la música en volumen alto indicaba que ella estaba «poniéndole los cuernos» al albañil.

Ella, por otro lado, logró salir ilesa del ataque de ira de su marido que de haber permanecido más tiempo en el lugar, pudo haber atentado en su contra.

Imagen: Twitter/@televicentrohn

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