* Roma fue dedicada a Libo, la ‘nana’ Cuarón, que en el filme se llama Cleo, la doméstica de origen indígena con la que creció
* Calificada como «obra maestra», «épica» y «deslumbrante», la película es un intenso retrato en blanco y negro muy personal del México de los años setenta
El director mexicano Alfonso Cuarón, galardonado este sábado con el León de Oro del festival de Venecia, reconoció que su filme, que dedicó a su niñera indígena, habla de la gente «invisible», aquella que la sociedad no percibe.
La película, que lleva el título Roma, por el barrio donde creció en Ciudad de México, fue dedicada justamente a Libo, la ‘nana’ Cuarón, que en el filme se llama Cleo, la doméstica de origen indígena con la que creció.
«Libo, este filme es el producto de mi inmenso amor por tí, por mi familia y por mi país, México», clamó el cineasta emocionado y satisfecho al recibir el máximo galardón en el Palacio del Cine del festival veneciano.
Calificada por varios críticos italianos como «obra maestra», «épica» y «deslumbrante», la película es un intenso retrato en blanco y negro muy personal del México de los años setenta, con sus diferencias sociales y raciales.
La infancia de aquel niño que creció en la década de los setenta en una casa de la calle Tepeji, es la materia prima de una obra que muestra la complejidad de la sociedad de América Latina, con sus contrastes, sus injusticias, su clasismo y su política.
«Los cineastas no dan la voz a nadie, son los otros que prestan su voz. En mi caso es más perverso porque las diferencias entre clases sociales y razas me parecía algo descontado», explicó a la prensa.
«Es que no consideraba Libo una mujer, ni una indígena. Era invisible. Mi filme habla de esa invisibilidad que hay en el mundo», añadió en inglés el realizador mexicano.
Para contar ese mundo íntimo y cómodo que está por transformarse, que cambiará la vida para siempre de Libo y su madre en medio de un país azotado por los terremotos, las protestas estudiantiles y la represión, Cuarón no contó con un guión establecido.
«Sería presuntuoso decir que la película tiene otra función que la de ser una película. Pero si se convierte en un vehículo para otras causas pues bienvenido», afirmó al margen de la conferencia de prensa.
Después de debutar en Venecia en 2001 con el filme «Y Tu Mamá También» y tras haber dirigido la taquillera Harry Potter y el Prisionero de Azkabán (2004), Cuarón entró a formar parte de la limitada lista de grandes autores latinoamericanos dúctiles, capaz de dirigir grandes producciones estadounidenses (y ganar un Oscar con «Gravity») como rodar una historia muy latinoamericana y a la vez universal.
«Es que para entender el presente hay que entender el pasado», explicó por su parte el presidente del jurado, el mexicano Guillermo del Toro, ganador el año pasado del León de Oro en Venecia con «La forma del agua».
Del Toro, amigo personal de Cuarón, lo que hubiera podido perjudicarlo, explicó que se trató de un decisión colectiva del jurado formado por nueve personas, entre ellos la actriz Naomi Watts.
«Fue fácil y unánime. Nueve contra cero», afirmó.
El filme figuró entre los favoritos tanto de la crítica como del público desde el inicio del festival, según la clasificación de Ciak, la revista oficial de la Mostra.
Sobre el hecho de que se trate de la primera película producida y distribuida por el coloso audiovisual Netflix que gana un galardón tan prestigioso, los dos cineastas no le dieron mayor importancia.
«¡Netflix no es el fin del cine!», explicó del Toro.