*Cuidado, los cólicos menstruales pueden no ser “normales”. Esta patología uterina benigna frecuente afecta a siete de cada 10 mujeres en México, entre los 30 y 50 años
Los cólicos menstruales pueden no ser “normales”, ya que detrás de ellos puede existir una enfermedad llamada adenomiosis que, de no tratarse a tiempo, podría provocar infertilidad.
Esta patología uterina benigna frecuente afecta a siete de cada 10 mujeres en México, entre los 30 y 50 años, presentándose con mayor frecuencia durante la cuarta década de la vida.
La adenomiosis ocurre cuando el revestimiento del útero, el tejido endometrial, crece hacia el músculo de la matriz, provocando sangrando mensualmente, lo que puede ocasionar periodos menstruales abundantes, dolorosos y un útero agrandado.
En ciertas ocasiones, y debido a que los dolores menstruales llegan a ser muy intensos, las mujeres buscan solucionar el problema a través de búsquedas en Google, lo que resulta un grave error, ya que ante cualquier síntoma por común que parezca, lo más recomendable es acudir al especialista.
Stephen J. Hilgers, cirujano ginecológico y reproductivo del Hospital Houston Methodist, explicó que cuando se tienen glándulas endometriales en la pared muscular del útero, éste no puede funcionar adecuadamente con el flujo menstrual, por ello es necesario que un médico valore y determine las causas.
Los síntomas de este padecimiento son, además de sangrado abundante y dolor, dolor pélvico crónico, relaciones sexuales dolorosas, aunque un tercio de las pacientes pueden cursar sin síntomas.
En un comunicado de la institución, explicó que la adenomiosis también puede dificultar el embarazo, aunque puede ser difícil separar la adenomiosis de otras causas de infertilidad.
La única forma de diagnosticar con certeza la adenomiosis es realizar una cirugía para extirpar el útero, llamada histerectomía, y examinar el órgano con un microscopio.
Obviamente, esta no es una opción para las mujeres que aún desean quedar embarazadas, por lo que los médicos confiamos en los ultrasonidos transvaginales y las resonancias magnéticas, indicó el médico.
Imagen: Especial