Imagen: Especial
- Tomarse un café en una terraza de París es uno de los placeres de los turistas pese a su fama de ser bastante malo en todo Francia
Tomarse un café en una terraza de París es uno de los placeres de los turistas pese a que la calidad del café tiene fama de ser bastante malo.
Así era hasta que los franceses se han apasionado por esta bebida, convirtiéndose en sibaritas y apuntándose a la moda del «slow coffee».
El número de coffee shops se ha multiplicado tanto en París como en otras grandes ciudades como Burdeos.
Los consumidores redescubren los métodos «suaves», inventados en Francia pero olvidados en los años de moda del expreso a la italiana.
«Está ocurriendo algo formidable: los consumidores saben que hoy se puede beber café de calidad, de diferentes formas, a distintos momentos y de diversas formas», explica Hippolyte Courty, historiador, torrefactor y autor del libro «Café».
También te puede interesar: Por primera vez mostrarán maquetas que Juan O’Gorman diseñó a Frida y Diego
Es tal el cambio que Francia ha organizado por primera vez un salón dedicado al café, «Paris Coffee show».
Incluyó concursos de baristas, degustaciones acompañadas de pasteles o cócteles a base de café.
Es un «cambio increíble», estima la torrefactora brasileña Daniela Capuano, con la distinción de Mejor Obrero de Francia, un título otorgado por oficios.
«Hace siete años, cuando llegué a Francia, el expreso en los bistrós era peor. Los chefs descubren un producto que puede trabajarse, tener las características de terruño, como el vino o el queso», recalca.
En Francia, casi la mitad del café se consume en capsulas, pero es «un mercado que se estanca», afirma David Serruys, presidente del comité francés del café.
«En cambio se nota una progresión enorme de los robots de grano, de +55%» en los cuatro primeros meses del año.
Chocolateado por la mañana
Para Hippolyte Courty, «las monodosis es el mundo de ayer: ¡más de 40.000 toneladas de desechos por año!»
Los franceses inventaron «muchas máquinas de café, como la cafetera de émbolo llamada +french press+ en el mundo, o el filtro con calcetín de algodón que se usaba mucho en América Central».
Y la cafetera sifón, considerada un invento japonés, fue concebida en Francia al comienzo del siglo XIX».
El experto aconseja variar el gusto y la intensidad en función del momento.
«Un café brasileño extremadamente chocolateado conviene perfectamente para la mañana, en filtro y en expreso. A las 10, pausa café, hace falta algo dinámico, a veces exuberante: un café de Etiopía o de Panamá», dijo.
Además el café es «una nueva tendencia» entre mixólogos, asegura Victor Delpierre, premiado por su cóctel café-coñac-cigarro (sirope de tabaco).
«Cocino los líquidos para sobrepasar las fronteras del gusto y crear nuevas asociaciones de sabores, y el café puede aportar intensidad, acidez, toques florales…»
Este experto en cócteles de alta gama propone incluso combinar café y champán para el aperitivo en restaurantes gastronómicos.
Desde Business Locker te recomendamos: El aguacate es de los productos más costosos de la canasta básica