En el anuncio del Operativo Diciembre 2019, la secretaria de gobierno, Rosa Icela Rodríguez, mencionó que en navidad y año nuevo “se elaborarán menús especiales” para las 24 mil 896 personas privadas de su libertad en los 13 centros penitenciarios de la CDMX y las que sean remitidas al Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social, mejor conocido como “El Torito”.

El 24 de diciembre habrá:

• Ensalada de manzana con piña
• Pierna en salsa de tamarindo
• Puré de papa
• Postre
• Ponche

Mientras que el 31 se servirá:

• Ensalada de manzana con zanahoria
• Pierna en salsa de mango y chipotle
• Spaghetti a la crema
• Postre
• Ponche

Tras el anuncio, en redes sociales muchas personas dijeron querer pasar el 24 y 31 de diciembre en “El Torito” por el menú; sin embargo, Joel está más que seguro que no quiere volver nunca más.

Él es ingeniero en sistemas y después de pasar 18 horas en el Centro de Sanciones Administrativas, dijo que “no hay nada como estar en casa”.

“No es una experiencia agradable para ir a cenar. Está asqueroso. Huele a borracho, a sudor, a pies. El baño está peor que uno público”, comentó en entrevista con Digitallpost.

18 horas de terror en “El Torito”

Su historia comenzó cuando fue con su novia a un concierto de Bran Van 3000. Al salir pasó por más cerveza y a los diez metros de camino, fue detenido por el alcoholímetro.

“Me hicieron la prueba y no pasé. Mi novia se fue a dormir a su casa y yo al “Torito”. Aunque primero me llevaron a la delegación y después con un médico”, dijo.

El Centro de Sanciones Administrativas se ubica en avenida Aquiles Serdán, en la delegación Miguel Hidalgo. Cada persona que ingresa, es despojada de “cinturón, agujetas, celular y cartera”.

Según la Secretaría de Sistema Penitenciario, “El Torito” tiene capacidad para albergar a 124 personas. Sin embargo, Joel dijo que en su celda había más de veinte personas.

“Te meten a un cuartito de 3 x 3 con tres literas de concreto y barrotes. Se supone que son para tres personas pero esa vez éramos como 22 personas”, declaró.

Actividades recreativas y papitas a crédito

Una vez en “El Torito”, dan una cobija para dormir aunque todo el tiempo hay ruido. A las siete de la mañana despiertan a todos y una hora después hay honores a la bandera.

Después llega el desayuno y más tarde una serie de actividades que según Joel, son obligatorias.

“Hay una biblioteca para leer, una sala de cine donde ves una película, hay plática de alcohólicos anónimos y más”, comentó.

Finalmente, dan tiempo libre en el patio, mismo que tiene una tiendita en la que venden cigarros, refrescos, papitas y más. Como todo es a crédito, hay que pagar a la salida y los precios por lo regular están al doble.

Pero, ¿la comida sí está buena?

Joel recuerda que la comida que tuvo en su estancia en “El Torito” no fue muy buena.

“Te dan una charola que tiene divisiones y la comida te la echan ahí. Esa vez dieron sopa de lenteja, huevo con salchicha, pan y café que parecía agua de calcetín”, recordó.

Tras este desayuno básico y que simplemente “cumple la función de quitar el hambre”, es obligatorio lavar la charola utilizada.

“Hacen que laves tu bandeja hasta que esté limpia. Pero sí son muy estrictos, pues me tocó que por lo menos a tres personas se las regresaron varias veces”, agregó.

Estar en “El Torito” no siempre es “gratis”

Aquella noche Joel corrió con suerte pues simplemente estuvo 18 horas de las 36 que una persona puede estar en la institución. Al salir, no tuvo que pagar nada.

Sin embargo, esta historia no siempre se replica. Por ejemplo, Rafael es un oficinista que al poco tiempo de regresar de Estados Unidos, pagó 700 pesos tras una noche en el centro.

Al ser detenido por el alcoholímetro, su auto quedó en el corralón del Estadio Azteca y él fue trasladado a la Glorieta de Cibeles para comparecer ante un juez cívico que lo envió al “Torito” 36 horas.

Era jueves por lo que “no había tanta gente”; eso sí, el terrible olor se mantuvo igual.

“Está bien feo pero sobre todo, huele horrible. A orines y vómito. Te dan en la noche unas cobijas que están bien feas y después te despiertan a las siete”, comentó.

Aunque en el desayuno hubo “tamales y champurrado”, Rafael no comió pues estaba más preocupado por su auto.

Tras quedar libre de su falta administrativa, acudió por su auto y tuvo que pagar 700 pesos por la noche en el corralón.

Al igual que Joel, Rafael recuperó todos sus objetos de valor al salir de “El Torito”. Además, las cosas que había en su auto estaban intactas.

En 2018 “El Torito” preparó 22 kilos de carne, 16 kilos de puré y 25 kilos de manzana pues se esperaba “casa llena”. Al final, la madrugada del 25 de diciembre sólo tuvo 47 detenidos que pasaron la noche en el centro tras rebasar los límites de velocidad.