Este 5 de agosto, María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, mejor conocida como Chavela Vargas, cumple 8 años de haber fallecido; sin embargo, su legado sigue vivo.

Nacida en San Joaquín de Flores, Costa Rica, el 17 de abril de 1919, Vargas fue una niña que no solía jugar muñecas y prefería salir a escuchar a quién le llevaban serenata para percibir algo de música y poder cantar.

«Era una niña que lloraba con el volar de una mariposa o con contemplar un río», dice en entrevista para una cadena española cuando tenía 80 años y seguía dando conciertos.

Vargas «escapó», como ella misma lo relata, de su ciudad natal a temprana edad. Su destino: la Ciudad de México.

Chavela Vargas y su lucha

En la capital, la joven artista trabajó ayudando a hacer la limpieza en casas de gente adinerada, entre otras cosas, mientras esperaba «el momento».

«Yo me sentía lista. ¿Para qué?, no lo sé, pero estaba lista», comenta Vargas en el documental de su vida, «me estaba esperando un ser desconocido que es el arte».

«Vivía en una azotea de un edificio, bañándome en el baño de las criadas, vendía cositas y cantaba», comenta la artista.

Cuando llegó «el momento», la cantante decidió romper la primera regla en el México machista al que llegó.

Si todas las mujeres en el círculo artístico vestían y actuaban de la misma manera, ella se diferenciaría utilizando guaraches abiertos y un pantalón.

«Me puse ropa de indio y ahí fue cuándo me dormí y desperté siendo famosa», recuerda la artista.

Vargas y la fama

En el documental de la vida de Chavela Vargas relatan los años en que, junto a José Alfredo Jiménez, ambos acababan con las botellas de alcohol del bar El Tenampa.

Sin embargo, de acuerdo con El Universal, José Alfredo Jiménez Medel, uno de los hijos del cantante y compositor, asegura que la relación de su padre y Vargas nunca existió.

A pesar de que su hermano, José Alfredo Jiménez «Jr.» diga lo contrario en el documental de la vida de Vargas.

En aquellos años la naturalizada mexicana ganó la fama con la que siempre soñó; misma que la llevó a vivir en casa de Diego Rivera y Frida Kahlo durante 3 años.

Chavela Vargas y las mujeres

Tanto Kahlo como Vargas hablaron de un amor que no se sabe si fue platónico o carnal entre ellas.

Si bien era sabido que la cantante era lesbiana, tanto que en el documental de su vida hablan de un veto por parte del dueño de televisa por «bajarle» a una novia; Vargas nunca utilizó su preferencia sexual como una arma para ser quién era.

Ella luchaba para que la mujer tuviera las mismas oportunidades que los hombres, al menos en el mundo artístico, donde ella veía que prácticamente era obligatorio para una mujer vestirse y actuar de una manera.

«Alguna vez me vestí como mujer, con strapless y tacones, imitando a todas las artistas de aquella época», pero cuenta que fue de sus peores experiencias, pues se terminó cayendo en el escenario.

«Me criticaron mucho porque rompí normas y parámetros», recuerda Vargas.

Más allá de sus preferencias sexuales y sus escándalos con otras mujeres, Chavela Vargas se convirtió en un ícono del feminismo por romper barreras y exigir los mismos derechos que un hombre.

Así lo retrató en cientos de canciones que interpretó y escribió durante sus 62 años de carrera en activo.

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