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- Los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing se realizarán el próximo año.
- Sin embargo, diversos hechos han puesto «en tela de juicio» la realización del evento.
- Entre el tema de Peng Shuai y la pandemia, China no se encuentra en su mejor momento.
Desde los derechos humanos al coronavirus, y ahora la polémica sobre la estrella del tenis Peng Shuai, los preparativos para los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing de febrero se vieron salpicados por escándalos.
El Partido Comunista, sin embargo, está determinado a usar la cita como una vitrina de sus logros. También para ayudar al mundo a unirse frente a la pandemia.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ha elogiado a la capital china por ser la primera ciudad en acoger unas Olimpiadas de Verano, en 2008, y de Invierno.
Pero no todos son palabras bonitas. A 70 días de la competición, revisamos algunos de los escándalos antes de los Juegos Olímpicos de invierno de Beijing.
1. Peng Shuai: el último conflicto antes de los Juegos de Invierno
Se desencadenó una grave preocupación internacional por la exnúmero uno de tenis en dobles Peng Shuai después de que acusara a un antiguo alto dirigente comunista de haberla agredido sexualmente.
Durante más de 2 semanas no se supo nada de la tenista de 35 años, 3 veces atleta olímpica. Sus acusaciones fueron censuradas en la red china. La ONU, Estados Unidos y compañeros de tenis de Peng compartieron su inquietud.
La Asociación Femenina de Tenis (WTA, por sus siglas en inglés), que gestiona el circuito femenino, amenazó con poner fin a su lucrativo negocio en China si se garantiza la seguridad de la tenista.
Después, Peng apareció en varios videos en medios estatales y habló por videoconferencia con el presidente del COI, Thomas Bach, asegurando que estaba bien. Aun así, los temores persisten.
2. Xinjiang
Los activistas dicen que al menos un millón de uigures y otros grupos de lengua turca, en su mayoría minorías musulmanas, han sido encarceladas en campos en la región noroccidental china de Xinjiang.
Grupos de derechos humanos y gobiernos extranjeros han señalado evidencias de presuntas detenciones masivas, trabajo forzado, adoctrinamiento político, tortura y esterilización forzada.
Washington describió la situación de genocidio y prohibió el algodón procedente de Xinjiang. El presidente Joe Biden asegura que considera un boicot diplomático de los Juegos.
Grandes grupos de moda anunciaron que dejarán de usar algodón de Xinjiang por temor a que haya sido producido gracias a trabajos forzados.
Después de negar la existencia de estos campos, China los defendió después como centros vocacionales de educación para combatir la llamada del extremismo radical.
En respuesta a los pedidos de boicot, China advierte repetidamente contra la «politización del deporte».
3. Tíbet, Hong Kong
Además de la cuestión uigur, los grupos de derechos humanos acusan a Beijing de represión religiosa y limitación de derechos en Tíbet.
Durante la ceremonia de encendido de la llama olímpica en Grecia, un puñado de activistas sacó una bandera tibetana.
Tíbet ha alternado a lo largo de los siglos los periodos de independencia con otros de control desde China, que dice haber «liberado pacíficamente» ese resistente altiplano en 1951 y haber desarrollado esa región antes atrasada.
Pero numerosos exiliados tibetanos acusan a las autoridades de Beijing de represión religiosa, tortura y erosión de su cultura.
También existe preocupación internacional sobre la represión en Hong Kong, que China está remodelando a su imagen después de las a menudo violentas protestas prodemocracia de 2019.
4. Coronavirus
El coronavirus ha marcado la previa de los Juegos de Beijing, que tienen lugar apenas 6 meses después de los Juegos de Verano en Tokio, retrasados un año por la pandemia.
China ha conseguido limitar las infecciones domésticas a pequeños brotes a través de agresivos confinamientos y cribados masivos, pero los organizadores de Beijing admitieron que proteger los Juegos del virus es su «mayor desafío».
Los Juegos de Invierno se celebrarán en un «circuito cerrado», una estricta burbuja que aislará a los atletas del resto del mundo durante toda la competición. Solo la gente que vive en China podrá acudir como público.
Los alrededor de 2,900 atletas deberán estar completamente vacunados o someterse a 21 días de cuarentena a su llegada. Tanto ellos, como la prensa y otras personas dentro de la burbuja, deberán someterse a pruebas cada día.
La entrada en la capital china ya ha sido también restringida.