Muere a los 91 años Jean-Luc Godard, gigante del cine francés : Digitall Post
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Muere a los 91 años Jean-Luc Godard, gigante del cine francés

AFP

Por: AFP

hace 3 años

Muere a los 91 años Jean-Luc Godard, gigante del cine francés
  • Godard vivió en los últimos años de su vida recluido en su pueblo a orillas del Lago Lemán.
  • Recurrió «a la asistencia legal en Suiza para una muerte voluntaria, a raíz de ‘múltiples patologías invalidantes'».
  • Inspiró a generaciones de directores, como Quentin Tarantino, que bautizó su productora «Bande à Part».

El cineasta francés Jean-Luc Godard, uno de los padres de la Nouvelle Vague, murió este martes a los 91 años, mediante un suicidio asistido, en su domicilio en la pequeña localidad de Rolle en Suiza.

«Jean-Luc Godard falleció de manera apacible en su domicilio rodeado de sus seres queridos. Será cremado», indicó el breve comunicado de la familia transmitido a AFP.

El autor de clásicos como «Sin aliento» (1960) o «El desprecio» (1963) recurrió «a la asistencia legal en Suiza para una muerte voluntaria, a raíz de ‘múltiples patologías invalidantes'», explicó Patrick Jeanneret, consejero del cineasta.



Godard vivió en los últimos años de su vida recluido en su pueblo a orillas del Lago Lemán. Amante de la provocación pero celoso de su intimidad, su deceso fue un ejemplo de ese secretismo.

El anuncio del deceso tendría que haberse hecho dentro de «dos días», explicó a AFP Patrick Jeanneret. Pero el comunicado tuvo que ser escrito a toda prisa a raíz de la filtración de la información en la prensa.

La cremación será «de aquí a dos días, quizás mañana» miércoles, agregó el consejero, precisando que «las cenizas permanecerán con su esposa», Anne-Marie Miéville.

«Fue como una aparición en el cine francés. (…) Jean-Luc Godard, el más iconoclasta de los cineastas de la Nouvelle Vague, había inventado un arte resueltamente moderno, intensamente libre. Perdemos un tesoro nacional», reaccionó en Twitter el presidente francés, Emmanuel Macron.



Rodar como respirar

«JLG», como también se le conocía en Francia, rehusaba los honores, que fueron muchos en su dilatada carrera: premios en los principales certámenes cinematográficos del mundo, y galardones honorarios de la Academia de los Óscar, la Academia francesa o el Festival de Cannes.

Vivía desde hacía años en el pueblo de Rolle en compañía de su esposa.

Es autor de frases inmortales, como «el cine no escapa al paso del tiempo. El cine es el paso del tiempo» y de planos fascinantes, como Brigitte Bardot conversando desnuda encima de la cama. O Jean-Paul Belmondo paseando con Jean Seberg en los Campos Elíseos.

Nacido el 3 de diciembre de 1930, Godard empezó como crítico de cine en la famosa revista «Cahiers du Cinéma». Cuando empuñó la cámara de rodaje ya tenía las ideas claras: había que acabar con el clasicismo que había inundado de nuevo al cine francés tras la Segunda Guerra Mundial.

«Sin aliento», la película de 1960 que lo encumbró, utilizaba los travellings, la música de manera innovadora. Era su primera obra y con ella ganó un premio en el Festival de Berlín.

Pero eso era tan solo el principio, junto a otros jóvenes directores como François Truffaut. «Godard es el cineasta más grande» aseguraba este último. «No es el único que filma como respira, pero es el que respira mejor».

Inspiró a generaciones de directores, como Quentin Tarantino, que bautizó su productora «Bande à Part».

Pero hasta su muerte «JLG» buscó siempre la provocación y la experimentación, sin buscar la unanimidad. Alternó películas para expertos junto a éxitos de taquilla.

«La historia del cine pasa una página (…). Gracias, Jean-Luc, por los bonitos recuerdos que nos dejaste», declaró el actor Alain Delon a la AFP.

«Jean-Luc Godard es el Picasso del cine», añadió Gilles Jacob, ex presidente del Festival de Cannes.

La pesada herencia política

A partir de 1980, el hermetismo le fue ganando, y sus últimas obras, como la monumental «Historia(s) del cine», presentada mediante cuatro volúmenes y una película, eran más bien collages de imágenes y sonidos.

Era un artista que conseguía cancelar un festival (el de Cannes) para unirse al alboroto en las calles (en 1968), que filmaba y luego editaba sin seguir ningún consejo.

Sus compromisos políticos dejaron una pesada herencia de incomprensión, como su adhesión a la Revolución Cultural china, que causó millones de muertos en los años 60.

Esa década fue su época más fértil. Hizo películas de gran éxito como «Pierrot el loco», pero también pequeños cortos de tres minutos de duración que son panfletos de propaganda.

Partidario de la causa palestina, realizó con Anne-Marie Miéville, «Aquí y en otro lugar» (1976), documental en el que compara a los judíos con los nazis, suscitando escándalo.

Luego enojaría al papa Juan Pablo II con «Yo te saludo, María» (1984), en la que la Virgen aparece desnuda en la pantalla.

A partir de los años 80 Godard se fue aislando en Suiza.

Volvía así a los paisajes que vivió cuando era niño. Era de familia adinerada, pero sus padres se divorciaron y él tuvo una adolescencia difícil, en Lausana. Se escapó en cuanto pudo a París, donde vivió como un bohemio antes de entrar en el cine.

En 2018, Cannes le otorgó una Palma de Oro «especial» que no fue a recoger. Como tampoco lo hizo con otros galardones. En una ocasión dejó dicho su epitafio: «Jean-Luc Godard, al contrario».

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Nacional aranceles comercio Donald Trump Estados Unidos frontera México

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

AFP

Por: AFP

hace 4 semanas

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

En su camión cargado con vehículos Toyota, Raúl Hernández hace fila al amanecer para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, preocupado por los aranceles que anunciará el presidente estadounidense, Donald Trump.

Si Trump sigue adelante con su plan para imponer estos impuestos aduaneros y obligar a las empresas a mover su producción a Estados Unidos, muchos trabajadores en México van a sufrir, dice.

«Va a dejar mucha gente sin trabajo aquí», asegura este conductor de 37 años a la AFP, mientras espera en la cola para pasar a la vecina San Diego desde Tijuana.

Las fábricas que operan empresas extranjeras son vitales para la economía de ciudades fronterizas como Tijuana y sus miles de trabajadores, señala Hernández.

Muchos puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos. «Si las plantas paran por los aranceles sí perjudica a México, perjudica a la ciudadanía mexicana».

Detrás de él, en la fila de camiones, Omar Zepeda también transporta camionetas Toyota Tacoma desde una planta cercana de esa armadora japonesa.

Al igual que Hernández, Zepeda está nervioso por el impacto de los aranceles.

«Va a bajar bastante el trabajo con nosotros, porque va a subir el producto (de precio) y va a haber menos compras», prevé este conductor de 40 años.

«Viene algo difícil»

Las ciudades industriales del norte de México albergan miles de fábricas gracias a beneficios fiscales y al acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La mayor parte de las familias en Tijuana trabajan en «el transporte y la mano de obra», apunta Zepeda.

«La verdad está muy difícil lo que viene», asegura.

El gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también reconoce esa incertidumbre. Ha optado por esperar a conocer los aranceles de Trump antes de anunciar un plan económico «integral» para hacer frente a esta nueva amenaza.

Durante su descanso en una planta de Toyota a las afueras de Tijuana, Apolos Velas dijo que estos gravámenes darían un golpe brutal a la ciudad.

«Mucha gente se va a quedar sin trabajo», dice.

Ojo por ojo

En Tijuana, donde la pobreza y el crimen no dan tregua, no solo los empleados de fábricas y del transporte dependen de los miles de millones de dólares del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.

Charito Moreno, quien vende burritos a los camioneros en un puesto junto a la barda fronteriza, dice que los aranceles lastimarían a toda Tijuana si las plantas despiden trabajadores.

«Toda la gente depende de esas empresas», afirma esta mujer de 44 años.

Si las compañías acuden al llamado de Trump para mover su producción a Estados Unidos, «sería muy trágico para Tijuana porque pues mucho trabajador se quedaría sin empleo», dice.

Al salir de un camión que lleva equipo para albercas a Estados Unidos, Antonio Valdez dijo que ahora los transportistas tienen más papeleo que entregar.

«Un trámite salía en una hora. Ahorita tardan todo el día en hacer el cálculo y el pago de impuestos» ya vigentes, dice, tras comprar un burrito y seguir su camino hacia Estados Unidos.

Aunque Sheinbaum ha descartado una respuesta del tipo «ojo por ojo, diente por diente», el camionero Alejandro Espinoza cree que México debe responder a Estados Unidos donde duele. Si imponen aranceles, «ya no les vamos a mandar aguacates. A ver cómo le hacen», dijo sonriendo.

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