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- La invasión rusa de Ucrania profundizó la escasez de alimentos que enfrentan algunos de los países más pobres del mundo.
- Según un informe reciente del Observatorio de Conflictos, Ucrania perdió cerca de 15 % de su capacidad de almacenamiento de granos desde el comienzo de la guerra con Rusia en febrero.
- El año que viene va a ser devastador debido a la convergencia de varias crisis.
La comunidad internacional busca movilizarse contra la creciente inseguridad alimentaria en el mundo; misma que empeora por una confluencia de crisis, la invasión rusa de Ucrania y la falta de fertilizantes.
Durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Estados Unidos, la Unión Europea, la Unión Africana y España asumirán el reto de la inseguridad alimentaria.
Esta reunión se produce tras el G7 de junio, cuando las principales potencias prometieron destinar 5,000 millones de dólares para combatir la crisis.
«Uno de los temas en los que dedicaremos tiempo y energía esta semana es el desafío de la inseguridad alimentaria», señaló Antony Blinken. El presidente del consejo yemení, Rashad al-Alimi, cuyo país devastado por años de conflicto es beneficiario de ayuda alimentaria.
«Vimos en los últimos años a causa del Covid-19, y antes por la crisis climática, y más recientemente por la agresión rusa a Ucrania, una profunda inseguridad alimentaria» afecta a cientos de millones de personas en el mundo, dijo ante la prensa.
Estados Unidos ha hecho de la seguridad alimentaria una prioridad diplomática, aunque con la motivación política de responsabilizar a Rusia por su invasión de Ucrania.
Por otro lado, muchos países también hacen hincapié en este tema en un contexto más amplio de la crisis climática y energética.
Blinken subrayó que es «vital» preservar el llamado acuerdo del «Mar Negro», que permite la salida de los cereales ucranianos por barcos, varios de ellos rumbo a países de Oriente Medio y el norte de África.
Este acuerdo firmado en julio por Rusia y Ucrania y mediado por la ONU y Turquía, permitió reanudar la exportación de cereales ucranianos a través de un corredor seguro.
La invasión rusa de Ucrania profundizó la escasez de alimentos que enfrentan algunos de los países más pobres del mundo; mismos que afectan los trastornos en la distribución provocados por la pandemia y la crisis climática.
Según un informe reciente del Observatorio de Conflictos, Ucrania perdió cerca de 15 % de su capacidad de almacenamiento de granos desde el comienzo de la guerra con Rusia en febrero.
Ello afecta la capacidad de Ucrania para continuar con el suministro de trigo, maíz y girasol en particular.
Necesidad de fertilizantes
«Está claro que la interrupción actual de las cadenas de suministro de alimentos y la guerra en Ucrania afectarán las próximas cosechas. Hay alrededor de una o dos cosechas al año y ya lo estamos viendo», advirtió Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Fomento de la Agricultura (FIDA). También destacó el problema de los fertilizantes de los que Rusia es un importante productor.
«El año que viene va a ser devastador (…) quizás peor que durante el covid», dijo Lario en entrevista con la AFP.
El experto aludió a una convergencia de crisis —cambio climático, pandemia y conflictos— y a la necesidad de invertir «cientos de miles de millones de dólares» al año para cambiar el modelo de desarrollo.
«Conocemos las soluciones y tenemos las instituciones para ello», pero «lo que falta actualmente es voluntad política, en términos de inversión», agregó.
En un informe conjunto difundido en julio, la FAO, el FIDA, UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguraron que «entre 702 y 828 millones de personas se han visto afectadas por el hambre en 2021», lo que representa el 9,8% de la población mundial.
Se trata de 46 millones más que en 2020 y 150 millones más que en 2019, dos años marcados por la pandemia de covid, que afectó duramente a los sistemas de distribución.
«En 2022 hay suficientes alimentos en el mundo, el problema es la distribución desigual», dijo recientemente el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Y «si no estabilizamos el mercado de fertilizantes en 2022, simplemente no habrá suficientes alimentos en 2023», alertó.