- Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi construyó cámaras de gas en diferentes campos de concentración que funcionaban en Europa con el fin de exterminar gente en masa
- Auschwitz fue el predio más grande y albergó cuatro cámaras de gas pero el obispo Richard Williamson dice que no es cierto.
- En uno de los argumentos, Williamson apunta que “las puertas” de las cámaras de gas debían estar herméticamente cerradas porque, de otra forma, el gas podría escapar.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el nazismo alemán asesinó a millones de judíos en cámaras de gas; las instalaciones de Auschwitz y Birkenau, en Polonia, eran las más grandes. Sin embargo, el obispo inglés Richard Williamson sostuvo en una entrevista que no hubo cámaras de gas y que “ningún judío murió”.
El fragmento se comparte al menos 500 veces en redes sociales desde agosto de 2019. Pero aún permanecen de pie parte de los históricos edificios que cualquiera puede visitar. Además, existen registros de las “operaciones de gaseo”.
“Obispo, Monseñor Richard Williamson: Ningún solo judío murió por las cámaras de gas”, se lee en una publicación en Twitter. En ella se adjunta un video con los dichos del obispo. La grabación también se compartió en Facebook y Telegram .
Asimismo, se encontró registro del material en inglés .
En la secuencia un hombre con vestimentas eclesiásticas sostiene con base a supuestas “evidencias” que no podría haber habido cámaras de gas en los campos de concentración nazis debido a una serie de presuntas inconsistencias.
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En versiones de la entrevista de unos seis minutos, Williamson argumenta que las puertas de las cámaras no eran herméticas; que chimeneas no tenían el tamaño necesario para ventilar las cámaras; y que no podría haberse usado pesticida denominado Zyklon B. Esto, ya que al momento de recoger los cuerpos alguna reminiscencia en la ropa de los fallecidos podría matar a quien lo sostuviera.
La entrevista viralizada a Richard Williamson se hizo en 2009 para el programa sueco Uppdrag Granskning. Sus declaraciones le valieron una multa de 10,000 euros impuesta por la justicia alemana por negar el holocausto judío.
El clérigo inglés de la Iglesia católica fue excomulgado en 1988 por el entonces papa Juan Pablo II por haber sido ordenado obispo de forma irregular. Luego, esa orden fue levantada por el fallecido papa Benedicto XVI.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi construyó cámaras de gas en diferentes campos de concentración que funcionaban en Europa con el fin de exterminar gente en masa. Auschwitz fue el predio más grande y albergó cuatro cámaras de gas.
Se estima que en los campos de concentración de Auschwitz se llegaron a asesinar hasta 5,000 personas por día, y durante su funcionamiento de 1940 a 1945 1 millón 100,000 personas fueron ejecutadas , según la Enciclopedia del Holocausto.
Las puertas debían ser herméticas
En uno de los argumentos, Williamson apunta que “las puertas” de las cámaras de gas debían estar herméticamente cerradas porque, de otra forma, el gas podría escapar.
Bruno Garbari , referente de contenidos del Museo del Holocausto de Buenos Aires, explicó a la AFP que las cámaras de gas que se mencionan en el video fueron dinamitadas y por lo tanto no es verdad que “ las puertas no cierran de forma hermética ” porque lo que quedó en pie son apenas cimientos y no las puertas originales con su estructura.
En esta línea, el sitio Holocaust Denial on Trial (HDOT), un proyecto de la Universidad de Emory y del Instituto Emory para estudios judíos de Georgia, Estados Unidos, coincide en que el argumento de que “las puertas no estaban selladas” carece de sustento. Según el sitio, en el Museo Estatal Auschwitz – Birkenau se han encontrado fotografías tomadas después de la guerra que muestran puertas y ventanas a prueba con vidrio y un sellado a prueba de gas.
Además, en una carta del jefe de la Gestión Centralizada de la Construcción de Auschwitz, Karl Bischoff, recuperada por el informe Van Pelt (estudio del historiador Robert Jan van Pelt del año 2000), se destaca que Bischoff solicitó “tres puertas a prueba de gas” para la cámara de gas y crematorio III.
El jerarca pidió que estas puertas respetaran “ exactamente el tamaño y la estructura de las que ya se entregaron ” para la cámara de gas y crematorio II. También indicó que las puertas tenían que tener un agujero con visor de vidrio doble de 8 milímetros y el agujero debía tener “ un sello de goma y un montaje metálico ”, de forma de que funcionara herméticamente.
No se vieron chimeneas altas
En el video, Williamson menciona que para evacuar el gas de las cámaras deberían haber habido chimeneas tan altas que la sombra proyectada por la misma podría verse desde un avión, aunque según el obispo desde las fotos aéreas tomadas por los aliados no se veían sombras.
Garbari contradijo ese punto y sostuvo que no hay relación entre la sombra que produzca una chimenea y la eficacia del sistema de ventilación que tenían las cámaras de gas. “ Tenían un sistema de entrada y salida de aire para generar la ventilación por medio de una chimenea ”, explicó a la AFP. Y aseguró que, a diferencia de lo que dice Williamson, en los techos de los crematorios y en los planos de construcción del campo de exterminio sí se identifican chimeneas de diferentes tamaños.
El gas Zyklon B
Otro argumento esbozado en el video es que “ no podría haberse producido una matanza con tanta velocidad ” ya que el Zyklon B es muy venenoso y “ luego de utilizarse, las personas que recogían a los asesinados podrían haber tocado algo de Zyklon B residual en las ropas de algún fallecido y morir por la toxicidad ”.
Garbari explicó que “ en las cámaras de gas de Auschwitz donde morían por la acción del Zyklon B, las víctimas primero se desnudaban en el sector del vestuario y luego ingresaban desnudas a las cámaras de gas ”, por ende no habría podido haber “ Zyklon B residual en alguna vestimenta ”, ya que las víctimas no estaban vestidas.
“ Una vez vertido el gas ”, continuó Garbari, “ y luego de aproximadamente 20 minutos, un alemán comprobaba que todos estaban muertos mirando a través de una mirilla colocada en la puerta ”. El académico sostuvo la misma estaba protegida en el interior por barras de hierro para evitar que las víctimas intenten romper el cristal. “ Posteriormente se ponía en marcha la ventilación que aspiraba el aire y duraba aproximadamente veinte minutos ”, concluyó.