MÉRIDA,- Especialista en salud mental califica el adicto al juego y las apuestas experimenta cambios físico similares a las llamadas drogas duras como cocaína y la heroína, razón que lleva a las personas a un tratamiento igual que un narcodependiente.
Miguel Angel Viveros dijo lo anterior al presentar su libro «Ludopatía y Adicción a las Nuevas Tcnologías, la nueva psicopatlogía», explicó que estudios recientes de laboratorio demuestran que los adictos a los juegos experimentan cambios en el nivel de plaquetas, que se elevan cuando la persona está jugando.
Indicó que eso se comprobó a través de resonancias magnéticas de especialistas chinos que han estudiado el comportamiento de los adictos a los juegos y a la tecnología, aunque los cambios físicos más notables se han manifestado en niños y adolescentes.
“Las reacciones son similares a las que se han encontrado en personas que consumen heroína y cocaína, sin embargo también hay que decir que las imágenes no son concluyentes pero sí establecen que el adicto al juego se enfrenta a una adicción similar a la de las drogas consideradas duras”, añadió.
“El adicto al juego también siente la necesidad de consumir, es como una droga; la necesidad de realizar una acción para aliviar ansiedad, ahí es donde se puede decir que ya existe una adicción. La persona ya no juega por placer, sino para sentir alivio”, subrayó.
Mientras más ansiedad tiene el jugador más juega y la gente que no padece esa adicción pues no entiende cómo es que la persona sigue en el juego si ya perdió tanto dinero, pero pues es eso, una adicción como lo puede ser una adicción a la bebida o a algún fármaco.
La diferencia quizá es que la persona afectada por la adicción al juego, siempre piensa que se va a recuperar, que ya está cerca de ganar el premio que siempre ha esperado y de eso se han aprovechado incluso los psicólogos para diseñar el ambiente y la forma como deben operar los casinos, apuntó.
El especialista destacó que lo más importante es saber que la adicción a jugar, ya sea por apostar o por el simple placer de jugar, no se controla tan fácilmente, como sucede con la narcodependencia.
De hecho, continuó, en el libro, que según dijo, es de los primeros en América Latina que abordan el tema de manera tan amplia, se exponen varias conclusiones y se hacen propuestas de tratamiento y diferentes opciones.
Ahí hay opciones desde acudir a los grupos de a jugadores anónimos hasta terapia conductual que ha resultado ser más efectiva e incluso medicamentos que en algunos casos se requieren para controlar la ansiedad por jugar, finalizó.
r3