PEKÍN, CHINA.- Durante los próximos cinco años, China tiene planeado convertirse en una potencia espacial, con misiones lo mismo a Marte como a la cara oculta de la Luna.
Con relación al planeta rojo, se tiene contemplado un vuelo con el objetivo de tomar muestras geológicas, que posteriormente traerá de regreso a la Tierra. Sobre nuestro satélite natural, se tienen previstas dos misiones: la primera, Chang E-5, está programada para antes de que termine 2017 y tratará de alunizar, obtener muestras y regresar a la Tierra; y en la segunda, llamada Chang E-4 pese a ser posterior en el tiempo, se espera llegar a la cara oculta del satélite alrededor de 2018.
Con la Chang E-4, el interés, más que la geología lunar, son las telecomunicaciones, ya que los científicos piensan que encontrarán en la cara oculta un entorno “limpio” de señales de radio.
Además, China espera completar la investigación y los trabajos de desarrollo de los módulos que formarán su estación espacial, que se espera que esté operativa en 2022, y empezar a ensamblarlos.
Por si esto fuera poco, el gigante asiático comenzará a trabajar en los cohetes de lanzamiento de cargas pesadas y en el desarrollo de tecnologías de impulso no tóxicas y no contaminantes. Finalmente, se tiene contemplado el ampliar su red satélites e incluso dedicar esfuerzos a la comprobación de nuevas teorías científicas, como la detección de las ondas gravitacionales.
jcrh