
MADRID,- ¿Te levantas cansado aunque hayas dormido lo suficiente? ¿Eres incapaz de prolongar el día y bostezas desde las nueve de la noche? ¿Te cuesta mantener los ojos abiertos ni con tu programa favorito y la idea de salir a cenar te parece una carrera olímpica? Si te pasa esto y eres hombre, el test realizado a 2.422 adultos en Japón (entre 40 y 60 años) sugiere que hay más probabilidades de que tengas la presión arterial alta, una condición que predispone a sufrir más infartos, enfermedades cardíacas, demencias y accidentes cerebrovasculares como el ictus (también llamado infarto cerebral).
La OMS estima en siete millones y medio de muertes las que se producen en el mundo por culpa de la hipertensión. Vigilarla es importante a cualquier edad, pero es obligado a partir de los cuarenta. Debido a ella aumenta la masa muscular del corazón y puede provocar insuficiencia coronaria, angina de pecho, arritmias, arterioesclerosis o trombosis. La aorta puede dilatarse, lo que llamamos aneurisma, o incluso romperse, situación a la que es imposible sobrevivir.
Los individuos hipertensos estudiados se acuestan antes pero son más propensos a tener insomnio y otras alteraciones del sueño.
Los niveles más altos de la presión arterial máxima (sistólica) deben estar entre 120-129 mmHg, y los de la mínima (diastólica) entre 80 y 84 mmHg. En los diabéticos, no deben superar los 140 y los 85 mmHg respectivamente. Medirla es sencillo y barato, puedes hacerlo en unos minutos en la farmacia.
A la vista del estudio, del que se ha hablado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología celebrado estos días en Roma y reseñado en ‘Daily Mail’, puede haber un motivo más de preocupación si estamos perdiendo nuestras noches y si las mañanas no nos cunden por mucho tiempo que pasemos en la cama. Uno de los autores del estudio, Nobu Sasaki, de la universidad de Hiroshima, enfatiza: «Irse a dormir antes ha quedado asociado con la hipertensión, independientemente de ningún otro factor».
Otra de las conclusiones de estos investigadores es que los hipertensos, aunque se acuesten pronto, no descansan bien. La hora media para irse a dormir era en ellos 18 minutos más temprana que en el grupo de control, pero también eran más propensos a tener insomnio y otras alteraciones del sueño. ¿Por qué? Puede ser por varios motivos.
Para Sasaki, la respuesta puede estar en el estado de salud general (los hipertensos tienen peor salud y eso cansa), pero también puede ocurrir que los problemas de presión sanguínea afecten de forma más directa al ritmo circadiano (nuestro «reloj corporal»), lo que explicaría la desagradable combinación de cansancio y problemas para dormir. Te acuestas hecho polvo y das vueltas despierto un buen rato, o te despiertas varias veces durante la noche.
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