CIUDAD DE MÉXICO.- Mientras el genoma humano ofrece la capacidad al cerebro para ser modificado por la experiencia, éste produce sensaciones positivas o negativas regidas por el dolor y el placer, sostuvo la doctora e investigadora Juliana González.
Quien fuera laureada con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2004 planteó que cuando las personas toman decisiones el cerebro activa representaciones, vislumbra consecuencias y, al mismo tiempo, mantiene un estado somático que produce sensaciones viscerales positivas o negativas.
“Claramente el cerebro está diseñado para la experiencia, para comprender, para la memoria, para la previsión. El genoma da capacidad al cerebro para ser modificado por la experiencia y ser afectado por el entorno, por la realidad externa o interna; es percepción, conciencia, emoción o sensibilidad, es capacidad para actuar”, expresó.
Remarcó que el cerebro está diseñado para la acción transformadora, y recordó que en el campo de las neurociencias el científico Ramón y Cajal descubrió que el tejido cerebral está compuesto por neuronas, es decir por células independientes en función, estructura y origen.
Otra de las cuestiones que se conocen del “cerebro moral” es la libertad, la conciencia, la valoración, la autoconciencia, la empatía, la comunicación, las emociones y el carácter.
Desde la perspectiva de la doctora González, la humanidad se encuentra ante la vida en el reino de la materia, la física y la química.
“La vida misma surgió en algún momento en el mar. La materia es inerte en un sentido, pero eso que surgió ya sea en el mar o en el aire, esa pequeña fuente de vida cuando se reunieron los elementos químicos y físicos, fue de tal manera que dio lugar a otra cosa que se llama vida”.
En un comunicado de la Academia de Ciencias (AMC) la especialista estableció que “no hay más reino que éste, el de la ciencia, y este es materia, vida».
Pero de ahí mismo, de la materia y de la vida, está emergiendo la clave del humano que es la libertad, «tenemos esta convicción de que es la naturaleza misma y su fuerza evolutiva la que también crea cultura, historia, sociedad”.
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