DALLAS,-  Un estudio publicado establece que los ataques de armas y las enfermedades respiratorias agudas son producto de la explotación de cientos de pozos de petróleo y gas, que provocará que cada año aumenten en Texas, a menos que se reduzcan las emisiones de metano.

El análisis pronosticó que para la “temporada de ozono” (de mayo a septiembre) de 2025, los contaminantes causarán más de 144 mil ataques de asma infantil, la pérdida de unos 106 mil días escolares y unas 313 visitas a urgencias relacionadas con el asma en Texas.

La investigación, elaborada por los grupos ambientalistas Clean Air Task Force y Earthwork, con sede en Massachusetts y Washington D.C., se suma a un fuerte debate sobre las consecuencias de la exploración de gas y crudo, y los problemas de contaminación en algunas ciudades de Texas.

La región de Dallas-Fort Worth, donde se ubica la Cuenca Barnett rica en gas, registraría alrededor de un tercio de los casos de asma en Texas, de los días escolares perdidos y de las visitas a urgencias vinculados a la actividad petrolera, según el estudio.

El ozono se forma cuando las emisiones de los automóviles, plantas industriales y otras actividades se mezclan con otros compuestos en el aire y la luz del sol. Ese contaminante puede empeorar el asma, las enfermedad pulmonares y del corazón.

A nivel nacional, cada verano se registran más de 750 mil ataques de asma en niños menores de 18 años, causados por el humo generado por el petróleo y la contaminación de gas, de acuerdo con los autores de la investigación.

Sin embargo, “el petróleo y el gas no han sido sujetos a las normas de contaminación del aire en la forma en que se tienen para otros grandes contaminadores, y hay maneras factibles y rentables para regularlos”, dijo Lesley Fleischman, analista del grupo Clean Air Task Force, que dirigió el estudio.

“Esta es realmente la primera vez que sabemos que alguien ha contemplado los impactos en la salud del ozono producido por la contaminación de la industria del petróleo y el gas”, indico Fleischman.

“Por lo tanto, creemos que es importante separar los impactos en la salud que estamos viendo directamente de esta industria”, advirtió.

El informe, que se basa en un análisis independiente de los datos obtenidos por un investigador de la Universidad Estatal de Colorado, plantea una regulación más estricta de las emisiones de metano por parte de los gobiernos federales y estatales.

Los grupos ambientalistas calcularon el impacto del ozono generado por la industria con base en los datos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Representantes de la industria petrolera en Texas desacreditaron el estudio este mismo miércoles.

Steve Everley, vocero del grupo North Texans for Natural Gas, puntualizó que se debe separar lo que es investigación de lo que son opiniones, con lo que buscó restar importancia al reporte sobre los efectos nocivos en la salud por la extracción de petróleo y gas.

“La afirmación de que el petróleo y gas es un importante causante de los niveles de ozono en Texas ha sido refutada en varias ocasiones con los datos del estado, y estos grupos deben saberlo”, aseveró Everley.

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