Ganaba 90 pesos por clase en el IPN; hoy es investigadora en París : Digitall Post
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Ganaba 90 pesos por clase en el IPN; hoy es investigadora en París

Ganaba 90 pesos por clase en el IPN; hoy es investigadora en París

Raquel Hurtado, Químico Bacteriólogo Parasitólogo, egresada del IPN, estudió los cinco años que dura la carrera. Dos años después realizó una Maestría en Ciencias con especialidad en Inmunología, en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, y luego el Doctorado en Ciencias que también fue con especialidad en Inmunología.

Una vez concluidos sus estudios empezó a buscar un espacio para dar clases de manera temporal, aunque no descartaba la idea de encontrar una plaza o un puesto definitivo.
Durante un tiempo impartió clases de histología y microbiología en el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud del IPN, en la Unidad Santo Tomás y también en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas; sin embargo sólo le pagaban las horas en las que impartía clases.

“Los que son profesores saben que los que son de tiempo completo tienen que tener un tiempo de descarga académica, que es el que uno requiere para preparar clases, calificar exámenes, calificar reportes, trabajos. Y a mí no, si yo daba 12 horas a la semana, ésas eran las que me pagaban. Estamos hablando de 2004 a 2006 y me pagaban la hora, ya con las deducciones, a 90 pesos”, cuenta.



Poco tiempo después encontró una escuela en la que buscaban a un profesor para dar un taller de comprensión de textos científicos en inglés. Le resultó interesante porque su objetivo era terminar el doctorado y ese trabajo era una herramienta para lograrlo.

Sin embargo, la directora de esa institución le dijo algo que la dejó marcada:

“Me ofreció en ese momento la hora a 100 pesos. Intenté negociar y me dijo ‘no, la competencia es muy fuerte. Hay muchas personas buscando trabajo y yo sé lo que se paga en las universidades públicas’. Ella justificaba sus estándares con un ‘si no quieres, allá hay otro que va querer el puesto’ y hasta por menos. Yo estaba un poco novata, no lo pensé tanto y acepté. En esa escuela me pagaban en efectivo, no me daban prestaciones, ni seguro, ni IMSS. Nada. Me pagaban en un sobre, las vacaciones no eran con paga, la lógica es no trabajas, no se te tiene porqué pagar. Si uno llegaba cinco minutos o diez minutos tarde, descontaban lo correspondiente a los minutos. Yo me concentré en acabar mi tesis de doctorado”, relata Hurtado.

Situaciones como la anterior, aunada a lo que la considera uno de los periodos más difíciles de los últimos años en México la llevaron a tomar la decisión de abandonar el país:



“En 2006, para mí hubo un fraude en las elecciones y yo misma, por mi coraje e impotencia, dije ‘me quiero ir’. Todo eso me puso en mente salir de México y buscar opciones. De alguna manera se me presentó una oportunidad, que sabía era la que estaba esperando y la tenía que aprovechar”.

Durante el doctorado, el que era su director de tesis colaboraba con grupos de Europa. Él estaba financiado por un programa entre Conacyt, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, y el Instituto Pasteur.

Ese programa tenía una parte financiada por Francia y otra por México y tenía lugar para un estudiante de posgrado en los laboratorios franceses. Aplicó y realizó su estancia.

A ocho años de distancia, la doctora Raquel recibió en diciembre su nombramiento como responsable de un biobanco. En el Instituto Pasteur se llama Colección Nacional de Cultivos de Microorganismos y es un banco de microorganismos y líneas celulares que están asociados a patentes, motivo por el cual le dieron plaza fija.

“Es la cúspide o uno de los momentos en los que sé que valió la pena el trabajo, el esfuerzo y la dedicación”, comenta.