Hemos escuchado con frecuencia el que todo ser humano, debe beber por lo menos dos litros de agua al día. Pero esta afirmación sería simplemente falsa porque no existe ninguna evidencia científica que lo respalde, pese a que cada verano lo escuchamos con mucha frecuencia.

Un nuevo estudio “Beba al menos ocho vasos de agua”. ¿En serio? ¿Existe evidencia científica?, vuelve a desmontar este falso mito gracias a una investigación durante diez meses que enumera varias conclusiones.

La principal conclusión es que no existe documentación científica que apoye esta recomendación. Al contrario existe una mayor literatura que prueba que no debemos beber tanta agua, pero no suficiente como para probarla y tirar por la borda la recomendación de beber ocho vasos de agua diarios.

Una de las más novedosas es la que hace referencia al riesgo de hipotermia (bajos niveles de sodio en sangre) como consecuencia de una ingesta elevada de agua.

Ahora bien, tal y como recuerda Juan Revenga Frenca en el artículo Por qué no hay que beber dos litros de agua el día, este estudio no es el único que aborda esta recomendación. Desde el 2002 han aparecido varios artículos. Así, el artículo publicado en 2007 en British Medical Journal titulado Mitos sanitarios o médicos (Medical myths) también aborda este tema. En 2011, de nuevo la revista British Medical Journal volvió a la carga con una publicación titulada ¿Anegados? (Waterlogged?).

Pero entonces, ¿de dónde sale este mito? Muchos creen que el origen de este mito es una recomendación del Consejo de Alimentación y Nutrición de 1945 que decía que las personas necesitan unos 2,5 litros de agua al día, aunque añade que la mayor parte de esta cantidad está incluida en los alimentos. No podemos olvidar que el agua está presente en la fruta y en la verdura, en el zumo, en la cerveza…

Y la otra pregunta que aún queda por responder: entonces ¿cuánta agua necesito beber? Según Aaron E. Carroll, catedrático de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, “ no existe una recomendación formal respecto a la cantidad de agua diaria que las personas necesitan. Esa cantidad, obviamente, varía en función de lo que come la gente, de dónde vive, de su peso y de lo que está haciendo.”

Por lo tanto, aunque existen situaciones en las que tenemos que estar más pendientes del consumo de agua, como en verano o cuando realizamos ejercicio, lo importante es no obsesionarse con la cantidad de agua que bebemos ni mucho menos medir el número de vasos diarios.

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