Por segunda ocasión el hielo marino del Ártico registró una de sus mayores descongelamientos, al alcanzar su punto más bajo el pasado 10 de septiembre y llegar a una superficie de apenas 4.14 millones de kilómetros cuadrados.
De acuerdo con información publicada en el portal de Cambio Climático Global de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, (NASA por sus siglas en inglés), esa cifra se convierte en la segunda cobertura mínima de hielo que presenta el Ártico desde la registrada por vía satélite en 2007.
De acuerdo con el análisis realizado en colaboración con el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de la Universidad de Colorado (NSIDC por sus siglas en inglés) este verano, la masa fundida de hielo marino del Ártico sorprendió a los científicos ya que cambió de ritmo varias veces.
El centro de investigación destacó la importancia de este hecho ya que la cubierta del hielo marino del Océano Ártico y los mares que le rodean ayudan a regular la temperatura del planeta e influye en la circulación de la atmósfera y el océano.
El hielo del Ártico se reduce cada año durante la primavera y el verano hasta que alcanza su punto mínimo anual y vuelve a crecer durante los meses de otoño e invierno, cuando el Sol está por debajo del horizonte en el Ártico.
En particular, los investigadores detectaron este año que la temporada de deshielo comenzó con un grado mínimo histórico anual máximo en marzo y una rápida pérdida de hielo a través de mayo.
Sin embargo, en junio y julio, las bajas presiones atmosféricas y cielo nublado ralentizaron la masa fundida, pero luego de dos grandes tormentas que pasaron a través de la cuenca del Ártico en agosto, el derretimiento del hielo del mar se aceleró hasta principios de septiembre.
De esta manera se hizo más que notable que la extensión de hielo sobre el mar Ártico alcanzó su segunda baja histórica, advirtió el investigador Walt Meier, quien colabora con el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
En efecto, explicó que junio y junio son meses clave para la fusión del hielo ya que es cuando se tiene 24 horas de luz solar, sin embargo esos meses presentaron una nubosidad que propiciaron la pérdida de impulso para el deshielo.
No obstante, en agosto, dos ciclones muy fuertes cruzaron el Océano Ártico, a lo largo de la costa de Siberia, y aunque no tuvieron un impacto inmediato en el hielo marino como con el gran ciclón del año 2012, al finales de agosto y septiembre se produjo una gran pérdida de hielo.
Meier recordó que décadas atrás, la temporada de deshielo comienza a disminuir a partir de agosto, justo cuando el Sol comienza a descender en el Ártico, sin embargo, ahora las condiciones están más variadas ocasionando condiciones climáticas que favorecen el deshielo de la capa del Ártico.
aegm.
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