El aprendizaje de un idioma entraña dificultad, para los niños adquirir nuevos conocimientos les cuesta. Inculcar dos idiomas a alguien que está aprendiendo es como entorpecerle algo que ya le complica. Todos tenemos distintas intuiciones no obstante la globalización, la conexión directa con otros idiomas, la cantidad de instituciones bilingües, generan niños multilingües.
En los 70 fue el francés, que era la lengua por excelencia para las relaciones internacionales, luego ese espacio lo ocupó el inglés -aún con permanencia- aunque, desde un tiempo a esta parte, también crecen en importancia el mandarín, a fin de cuentas China es una de las principales potencias económicas del mundo, y a nivel regional, el portugués.
Cada vez son más los menores que comienzan a formarse en su lengua materna y a la vez en otra, por distintas razones. Están aquellos que lo realizan debido a que ellos son fruto de un cruce de culturas, una situación cada vez más normal, como los que tienen padres que desean que sus hijos expandan su conocimiento y aprenden, desde sus primeros años, un vocabulario paralelo.
Existe una vieja expresión, que no por añeja deba ser incierta: el cerebro de los niños es una esponja…. ¿Cuánto hay de realidad en este planteo?, ¿también se puede aplicar al aprendizaje de un idioma extraño?
«Casi todos asociamos el hablar muchos idiomas con cierto virtuosismo intelectual, con algo positivo para el desarrollo cognitivo. En el terreno de los especulativo, de las creencias populares, se pueden tejer muchas teorías, y es allí donde la ciencia debe interceder para despejar las dudas. «La ciencia nos ha mostrado que en realidad todos los hitos del lenguaje, desde que los chicos empiezan a aprender las primeras palabras, a balbucear, realizan los primeros sonidos y fonemas, sus frases iniciales y hasta el primer idioma bien hablado, es idéntico en los multilingües que en aquellos que hablan un solo idioma. Es decir que, en algún sentido, aprender muchos idiomas no tiene un costo».
Ha quedado comprobado que existe una relación entre aprender muchos idiomas y manejar distintas tareas al mismo tiempo, el tan conocido multitasking, tan de moda en la sociedad y que parece tan imperativo para funcionar bien, es exactamente lo que aprenden los chicos bilingües, que deben hablar francés con la mamá y castellano con el papá o español en la casa e inglés en el colegio».
«Lo que está haciendo ese niño es cambiar de carril mental, de un idioma al otro. Lo que la ciencia enseñó es que estos chicos no solo aprenden a cambiar de carril en el dominio del lenguaje, sino que lo extienden a todo el pensamiento. Es decir, un chico multilingüe hace mejor multitasking porque aprende a saltar de un problema al otro mucho más rápido del que solo aprende un idioma».
«Hoy está casi exageradamente de moda la idea de los gimnasios mentales, del desarrollo cognitivo y de estimular, entre tantas cosas. Conviene quizá reflexionar entre tanta receta nueva, alguna vieja, ancestral, que además nos ayuda a comunicarnos con nosotros: aprender un idioma. Sabemos, a través de la ciencia, que nos ayuda a pensar mejor», finalizó.
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