CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS.- La creación de los autos, hizo que la humanidad avanzara a pasos agigantados, en aspectos tales como el económico y el lúdico. Sin embargo, se ha tenido que pagar un precio muy alto: la contaminación del aire y una enorme dependencia de los combustibles fósiles, los cuales como es conocido, no son eternos.
Por otro lado, es pertinente señalar que, el dióxido de carbono no es un gas perjudicial en sí mismo. De hecho, es indispensable para la vida. A través de la fotosíntesis, los árboles y las plantas lo emplean para comer y para originar el oxígeno que respiramos. Durante 3.200 millones de años, el ciclo natural del carbono ha regulado el intercambio de CO2 entre la atmósfera, el suelo y los océanos. Pero cuando la humanidad empezó a insuflar a la atmósfera más dióxido de carbono del que la biosfera podía absorber, alteramos ese equilibrio, desestabilizando el clima en el proceso.
Científicos de la Universidad de California del Sur, de acuerdo a la revista Forbes, habrían hallado un procedimiento para atacar ambos inconvenientes a la vez: convertir el CO2 del aire en metanol, un producto que se ha propuesto en algunas ocasiones como un de los combustibles del futuro. El plan está liderado por el premio Nobel de Química George A. Olah. La idea es hacer pasar el aire por una mezcla química compuesta por moléculas de nitrógeno, carbono e hidrógeno, de manera que el CO2 se fija al hidrógeno libre y, al calentarse, se logra metanol y agua.
La producción de metanol a partir de CO2 e hidrógeno no es algo novedoso en sí mismo, pero el éxito de esta investigación, notificada en el Journal of the American Chemical Society, es que han empleado un catalizador a base de rutenio, que permite que la reacción ocurra a temperaturas más bajas de las logradas en procedimientos anteriores, y que lograba convertir inclusive el 79% del CO2 capturado en metanol. Este progreso podría tardar entre cinco y diez años en llegar al mercado de manera industrialmente rentable, pero ya se están dando los primeros pasos en esa dirección.
Claro que ellos no son los únicos que están laborando en este enfoque. La empresa canadiense Carbon Engineering está desarrollando un procedimiento industrial que absorbería el CO2 del aire, comenzando por una enorme pared de ventiladores que introduce el aire del exterior al interior de la planta industrial, donde atraviesa una serie de láminas de plastico llenas de canales y cubiertas por una capa de hidróxido de potasio. Tras una serie de reacciones químicas, el efecto es CO2 puro en estado gaseoso, que puede emplearse en otros procedimientos industriales.
Carbon Engineering tiene ambiciosos proyectos para su tecnología, y planea construir una planta capaz de convertir un millón de toneladas de dióxido de carbono al año, equivalente a lo que producen más de 200.000 coches.
jcrh