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Proyecto de Uber, crear un auto volador

Proyecto de Uber, crear un auto volador

ESTADOS UNIDOS.-  La tecnología se convierte en artículo de primera necesidad para las empresas, Uber Elevate basado en la presencia de Mark Moore, ingeniero de la agencia espacial -NASA- por 30 años encabezará el proyecto de aviación, en un ambicioso proyecto para llevar el servicio de transporte a ‘nuevas alturas’.

El sueño, entonces, corresponde a crear autos voladores en la próxima década.  Moore publicó en 2010 un informe técnico señalando la factibilidad de aviones eléctricos capaces de despegar y aterrizar como helicópteros, pero más pequeños y silenciosos. Los vehículos podían llegar a ofrecer una alternativa veloz a los deprimentes traslados matinales hacia el trabajo.

La investigación de Moore sobre los llamados VTOL -autos voladores- inspiró al menos a un tecnólogo millonario, después de leer el informe, el cofundador de Google, Larry Page, creo y financió en secretos dos empresas emergentes en Silicon Valley, Zee Aero y Kitty Hawk para desarrollar esa tecnología, según informó Bloomberg Businessweek el verano pasado.



Ahora, Moore está abandonando los confines de la NASA, donde ha pasado los últimos 30 años, para incorporarse a uno de los rivales de Google: Uber Technologies. Moore asumirá una nueva función como director de ingeniería para la aviación en la compañía de viajes en auto, trabajando en la iniciativa de un vehículo conocido como Uber Elevate.

“No se me ocurre ninguna otra empresa que esté en una posición más fuerte como para ser líder en este ecosistema y hacer realidad el mercado del VTOL eléctrico urbano”, dijo.

Uber todavía no está construyendo un auto volador, pero en su propio informe técnico publicado en octubre pasado, la compañía presentó una visión radical para los traslados aéreos hacia y desde el trabajo.

También identificó problemas técnicos con los que quería contribuir como la contaminación sonora, la eficiencia de los vehículos y la vida limitada de las baterías. Moore quedó impresionado ante la visión de la firma y su potencial impacto.



Reconoció que se interponen muchos obstáculos y no sólo técnicos. Moore dice que cada compañía de autos voladores necesitaría negociar en forma independiente con los proveedores para hacer bajar los precios, y ejercer presión para que los reguladores certifiquen las aeronaves y flexibilicen las restricciones al tráfico aéreo.

Pero considera que Uber, con sus 55 millones de viajeros activos, puede demostrar como ningún otro, que podría ser un mercado masivo, rentable y seguro. “Sin un argumento empresarial que sea lógico a nivel económico, todo esto es sólo un juego técnico alocado y no realmente una inversión sensata”, señaló Moore.

La visión de Uber es seductora, particularmente para los fanáticos de la ciencia ficción. La compañía imagina que los individuos tomarán Ubers convencionales desde sus casas hasta “vertipuertos”, aeropuertos para aeronaves VTOL, cercanos que estarán diseminados en barrios residenciales.

Luego se elevarán y atravesarán la ciudad hasta el vertipuerto más cercano a sus oficinas. (“¡No necesitamos asquerosos puentes!” dice Moore.)

Estos taxis aéreos sólo necesitarán rangos de 80 a 160 kilómetros, y Moore piensa que pueden recargarse al menos parcialmente durante el embarque o el descenso de los pasajeros. También predice que verá varios autos voladores perfectamente desarrollados en los próximos de uno a tres años y que para el futuro cercano habrá pilotos humanos, al menos manejando las computadoras a bordo.
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Nacional aranceles comercio Donald Trump Estados Unidos frontera México

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

AFP

Por: AFP

hace 5 días

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

En su camión cargado con vehículos Toyota, Raúl Hernández hace fila al amanecer para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, preocupado por los aranceles que anunciará el presidente estadounidense, Donald Trump.

Si Trump sigue adelante con su plan para imponer estos impuestos aduaneros y obligar a las empresas a mover su producción a Estados Unidos, muchos trabajadores en México van a sufrir, dice.

«Va a dejar mucha gente sin trabajo aquí», asegura este conductor de 37 años a la AFP, mientras espera en la cola para pasar a la vecina San Diego desde Tijuana.

Las fábricas que operan empresas extranjeras son vitales para la economía de ciudades fronterizas como Tijuana y sus miles de trabajadores, señala Hernández.

Muchos puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos. «Si las plantas paran por los aranceles sí perjudica a México, perjudica a la ciudadanía mexicana».

Detrás de él, en la fila de camiones, Omar Zepeda también transporta camionetas Toyota Tacoma desde una planta cercana de esa armadora japonesa.

Al igual que Hernández, Zepeda está nervioso por el impacto de los aranceles.

«Va a bajar bastante el trabajo con nosotros, porque va a subir el producto (de precio) y va a haber menos compras», prevé este conductor de 40 años.

«Viene algo difícil»

Las ciudades industriales del norte de México albergan miles de fábricas gracias a beneficios fiscales y al acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La mayor parte de las familias en Tijuana trabajan en «el transporte y la mano de obra», apunta Zepeda.

«La verdad está muy difícil lo que viene», asegura.

El gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también reconoce esa incertidumbre. Ha optado por esperar a conocer los aranceles de Trump antes de anunciar un plan económico «integral» para hacer frente a esta nueva amenaza.

Durante su descanso en una planta de Toyota a las afueras de Tijuana, Apolos Velas dijo que estos gravámenes darían un golpe brutal a la ciudad.

«Mucha gente se va a quedar sin trabajo», dice.

Ojo por ojo

En Tijuana, donde la pobreza y el crimen no dan tregua, no solo los empleados de fábricas y del transporte dependen de los miles de millones de dólares del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.

Charito Moreno, quien vende burritos a los camioneros en un puesto junto a la barda fronteriza, dice que los aranceles lastimarían a toda Tijuana si las plantas despiden trabajadores.

«Toda la gente depende de esas empresas», afirma esta mujer de 44 años.

Si las compañías acuden al llamado de Trump para mover su producción a Estados Unidos, «sería muy trágico para Tijuana porque pues mucho trabajador se quedaría sin empleo», dice.

Al salir de un camión que lleva equipo para albercas a Estados Unidos, Antonio Valdez dijo que ahora los transportistas tienen más papeleo que entregar.

«Un trámite salía en una hora. Ahorita tardan todo el día en hacer el cálculo y el pago de impuestos» ya vigentes, dice, tras comprar un burrito y seguir su camino hacia Estados Unidos.

Aunque Sheinbaum ha descartado una respuesta del tipo «ojo por ojo, diente por diente», el camionero Alejandro Espinoza cree que México debe responder a Estados Unidos donde duele. Si imponen aranceles, «ya no les vamos a mandar aguacates. A ver cómo le hacen», dijo sonriendo.

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