
ZURICHM SUIZA.- Un grupo de científicos de Suiza, desarrollaron un nuevo tipo alambre, cuya rigidez varía según la temperatura y sus posibles aplicaciones van desde los robots multifuncionales a equipos médicos modulables en campos como la ortopedia u obtención de muestras para biopsias.
El nuevo material compuesto también podría ser útil para desarrollar yesos terapéuticos de nueva generación para tratar facturas óseas, o también para concebir un material robótico capaz de imitar las funciones complejas de los tejidos biológicos.
Un dispositivo modular para las biopsias seria óptimo para la exploración sin riesgos de los orificios humanos, para facilitar la extracción de células con vistas a ser sometidas a una biopsia, según los investigadores.
La asombrosa flexibilidad de este nuevo alambre se debe a su ingeniosa simplicidad y a su solidez, que facilitan su fabricación y su uso en una amplia variedad de aplicaciones, formas y combinaciones con otras tecnologías, explica el director del proyecto, Dario Floreano.
El nuevo alambre está compuesto de una aleación metálica conductora encapsulada en un tubo de silicona. Cuando se somete a una temperatura superior a los 62ºC, gracias a la aplicación de una tensión eléctrica de bajo voltaje, el cable pierde su rigidez.
Y cuando la temperatura se sitúa de nuevo por encima de los 62ºC, la aleación se solidifica y el cable recupera una rigidez 700 veces superior a la que tenía apenas 10 segundos antes.
El cable tiene asimismo propiedades autoreparadoras. Si por alguna causa se estropea, puede recuperar su estado original subiendo la temperatura que le permita perder su rigidez y a continuación funcionar como si nada hubiera pasado.
Para la investigadora del EPFL, Alice Tonazzini, este material compuesto debería ser estudiado particularmente para aplicaciones avanzadas en el campo de la robótica. “Nos gustaría transformar nuestro cable en un material robótico capaz de imitar las funcionalidades del tejido biológico”, señala.
jcrh