SEATTLE,- Luego de las recientes muertes de pacientes que participaban en la investigación, las agencias reguladoras de ensayos con terapias inmunes en pacientes terminales deben poner límites.
Esta carrera de laboratorios por conseguir una cura a las enfermedades terminales está en la mira de las autoridades sanitarias, en algunos pacientes de cáncer la medida fue benéfica pero otros fallecen por efectos tóxicos.
El mes pasado dos pacientes del ensayo clínico de un nuevo tipo de tratamiento para el cáncer murieron, lo que ha suscitando preguntas sobre el futuro de las terapias que emplean las células inmunes del propio paciente para combatir la enfermedad.
Juno Therapeutics, la empresa de Seattle (Estados Unidos) responsable del ensayo, anunció la suspensión de las pruebas a fines de noviembre después que dos pacientes fallecieran por leucemia linfoblástica aguda durante el tratamiento.
Este mismo año, otros tres pacientes murieron durante el mismo ensayo clínico.
Pero otros investigadores que desarrollan productos similares siguen con sus pruebas, que son prometedoras para algunos pacientes con un cáncer terminal.
Denominadas como terapias CAR-T, se extraen células T de un paciente para después modificarlas genéticamente fuera del cuerpo para que reconozcan y ataquen a las células cancerosas. Entonces las células T son devueltas al organismo del paciente mediante una transfusión.
En caso de ser aprobadas por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), estas terapias podrían salvar la vida a pacientes con casos de cáncer que no responden a los tratamientos actualmente disponibles, destaca MIT Technology Review.
Empresas como Kite Pharma y Novartis avanzan con el estudio de una terapia CAR-T para pacientes con determinados tipos de linfomas. Aunque estas terapias son la vanguardia de las investigaciones de cáncer, se sabe que tienen efectos secundarios tóxicos.
Otros pacientes han fallecido durante ensayos con células T del Instituto Nacional del Cáncer y la Universidad de Pensilvania (ambos en Estados Unidos).
El problema es que estas células T modificadas genéticamente tienen el potencial de imitar al sistema inmune hasta un grado excesivo, lo que puede dar paso al síndrome de liberación de citocinas, uno de los efectos secundarios más conocidos de las terapias inmunes como CAR-T.
El pediátra del Instituto Nacional del Cáncer Terry Fry, que desarrolla una terapia CAR-T, dice que este tipo de tratamientos podrían «cambiar las reglas del juego» para pacientes con pocas posibilidades de vencer a sus cánceres. Pero señala que los científicos no entienden totalmente cómo funcionan ni por qué algunos pacientes sufren graves efectos secundarios como la neurotoxicidad.
Pero en otros parecen alcanzar una remisión completa después de recibir una terapia CAR-T, dice Fry, las recientes muertes del ensayo de Juno Therapeutics deberían hacer reflexionar a los investigadores.
“La mayoría de estos pacientes no disponen de otras alternativas terapéuticas, pero eso no significa que la toxicidad sea aceptable», afirma.
El director médico y vicepresidente ejecutivo de Investigación y Desarrollo de Kite Pharma, David Chang, dice que las muertes probablemente se deben a múltiples factores en lugar de «una única pistola humeante».
Los pacientes adultos del ensayo de Juno Therapeutics tenían una forma de cáncer muy agresiva. «Debido a la fase avanzada de la enfermedad, son más susceptibles a estos eventos adversos», explica.
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