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CALIFORNIA.- Fue en 2014 cuando un equipo internacional donde participaban científicos españoles, secuenció el genoma de «Coffea canephora» una especie de menor calidad que se utiliza sobre todo para producir café soluble. Este mes,otro equipo de la Universidad de California ha publicado la secuenciación del genoma de » Coffea arabica», la especie de la que proviene el 70% de la producción mundial.
«La secuencia del genoma de C. arabica es la primera secuencia pública del café más importante», explica Juan Medrano, investigador. Su investigación fue financiada por la multinacional Suntory, un grupo japonés de productos alimenticios entre los que se incluyen derivados del café, pero sus resultados se han publicado en Phytozome, una base de datos abierta coordinada por el Joint Genome Institute del Departamento de Energía estadounidense.
«La empresa es consciente de la importancia de contribuir a la disponibilidad del café en el futuro, de que el mejoramiento genético es la forma más efectiva de lograrlo y de que el conocimiento del genoma es la base para iniciar esos programas».
Efectivamente, es esa decisión lo que puede salvar al café, porque con esa información al alcance de todos los genetistas interesados, aumentan las posibilidades de que alguno desarrolle nuevas variedades modificadas para ser más resistentes a la sequía, o a temperaturas más bajas, o a plagas o a otros suelos. Nos van a hacer falta dentro de poco.
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No caemos en ello porque lo damos por supuesto, pero hay varios momentos al día en que deberíamos detenernos y dar gracias a la evolución por la existencia del café. Si podemos hacer lo mismo dentro de varias décadas, es a los científicos y a la biotecnología a los que tendremos que dar las gracias.
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