Seguro que vienen y ya estamos viviendo tiempos complejos derivados sobre todo de nuestra debilidad interna que ahora nos confronta con las exigencias del presidente Trump, quien se cree dueño no sólo del destino de su país, sino también de todo el mundo y de la humanidad. Su frase First America, (Primero América), lo dice todo.
Ante el comportamiento y acciones de Trump, en realidad no se requería que el presidente Enrique Peña Nieto atestiguara sobre lo que viene en cuestiones de política, economía y hasta combate al crimen organizado en materia doméstica, pero el que lo avale Peña, nos da total certidumbre de que su grupo de funcionarios destinados a las llamadas negociaciones de “alto nivel” y él mismo, no tienen ni idea de cómo acordar o consensar con el nuevo gobierno estadounidense y mucho menos qué hacer en caso de que se endurezcan las relaciones bilaterales México-Estados Unidos y las consecuencias de lo mismo.
Cuando los mexicanos deberíamos fincar nuestra esperanza y confianza en quienes nos representan, nos administran y nos gobiernan; son estos actores quienes buscan ahora sí, una respuesta entre nosotros.
Es por eso que el factor Trump, no la carestía nacional, es lo que ha provocado que Peña Nieto de en breve un anuncio respecto a que por el momento no habrá un nuevo aumento a las gasolinas y el diesel como se había esquematizado, buscando con esto un poco de apoyo de la gran mayoría de mexicanos que ya desaprueban su gestión.
Pero si es la debilidad económica y lo que de esta se deriva, lo que no nos permite negociar en primera instancia de tú a tú con Trump, no hay claridad de si eran necesarios los aumentos brutales a los combustibles como justificaba apenas hace unas horas el propio titular de Hacienda, José Antonio Meade, o bien, vale sacrificar todo por la popularidad de Peña Nieto, lo cual no endosa de facto, fortaleza al Gobierno mexicano.
Casi cien años de despilfarro al amparo de un sistema político que sólo se sirve a sí mismo y se ha olvidado sexenio tras sexenio de medio administrar o medio gobernar para las mayorías y de un golpe tiene que admitir la clase política nacional que no todo se trataba de discursos, de giras, de promesas, de grillas, e incluso de concertar para beneficio de unos cuantos, con el poder económico nacional y extranjero.
Cualquier oferta o concesión que Peña Nieto realice en los días futuros no le alcanzarán para gestionar a su favor y todo indica, que mucho menos, en beneficio de la dignidad y la tan vilipendiada soberanía nacional.
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto convocó nuevamente a la unidad de todos los mexicanos, luego de advertir que vienen tiempos complejos para México.
Para advertir… Más difícil que vivir pisoteados por los gobiernos “a la mexicana”, seguro será una pesadilla.