Cierto que no pocos mexicanos hacíamos pronósticos de quién ganaría las elecciones de los Estados Unidos, sobre todo por la actitud racista e injerencista que mostró hacia nosotros en particular el candidato republicano Donald Trump y por la desconfianza de que con Hillary Clinton la relación bilateral sobre todo en cuanto a migración y economía pueda encontrar mejores aristas para la relación binacional.
Aunque tangencial pero importantísima la relación de México con los Estados Unidos, los resultados que hay que seguir de manera escrupulosa son los de la tarea de la presente Administración federal y la de los gobiernos locales en todo nivel y orden, aquí en nuestro país.
Con Enrique Peña Nieto a dos años de que termine su sexenio, el resultado es inequívoco: los mexicanos perdimos.
En materia de seguridad, el mismo Peña ha tenido que reconocer que el índice delictivo ha aumentado –violaciones, secuestros, homicidios, asaltos–, pero al mismo tiempo se ha lavado las manos, al decir que la participación del Gobierno de la República es subsidiaria, es sólo un apoyo y un respaldo, pues no puede ser permanente, ni se tiene la capacidad para proteger a todo el país, además de que pide a la sociedad sea la que defina la agenda de seguridad transexenal.
Así trabajan nuestros impuestos y la inversión del Estado, para proteger y enriquecer a la clase política, no para protegernos.
Respecto a la economía, la falla ha sido brutal. Nuestra moneda el peso, ha sido noqueada por el dólar americano con el que se realizan las mayores transacciones económicas, financieras y de mercado. En sólo 4 años, el peso se ha devaluado frente al dólar en un 50%. Además existe la certeza de que nuestro peso tendrá mayor volatilidad en los próximos meses, no todo por la incidencia del impacto externo, sino por la debilidad del mercado interno.
Se pueden listar más y más ámbitos nacionales y locales, en los que Peña Nieto falló en dar resultados positivos el campo, la producción, la infraestructura, el empleo, la pobreza, la educación, la corrupción y más; empero lo que queda claro es que con este Gobierno federal, la gran mayoría de los mexicanos perdimos.
Acta Divina… “No trabajo por la popularidad, sino por México”: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… Cuando la aprobación del presidente es casi nula, el país va mal.