Hace cincuenta años, el imperialismo yanqui, de común acuerdo con sus intereses financieros en la hermosa Cuba, ordenaron la ejecución de Ernesto Guevara en una escuela de Higueras, en la pródiga tierra boliviana. La fotografía de El Che, en su diván mortuorio, dio la vuelta a un mundo que todavía no era digital.
El dictador René Barrientos, títere de Washington, difundió a través de la CIA versiones descabelladas sobre supuestas declaraciones de El Che a punto de ser ejecutado. En algunas, reconociendo que había sido un equivocado, en otras, suplicando clemencia. Lo real es que ése no era ningún cobarde y mucho menos un arrepentido.
No hay un solo pensador reconocido a nivel mundial, de cualquier tendencia ideológica que haya mordido ese falso capote. Desde que conocimos esas versiones supimos de dónde venían, estuviéramos en la trinchera en que estuviéramos.
La muerte y, aún más, el sacrificio del luchador social argentino ha sido bandera, protesta, exigencia de millones de jóvenes de todas latitudes. El planeta entero se reflejó en su rostro, se hizo profunda e irreversiblemente guevarista. La foto de El Che ocupó las vitrinas y anaqueles de todos los que comulgaban contra el establecimiento formal del poder.
“…Te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía…”.
En efecto, una imagen legendaria, captada por el fotógrafo cubano Alberto Díaz, Korda, El guerrillero heroico, donde el argentino de 31 años aparece con una boina y mirando a lontananza es, generalmente aceptado por todos los investigadores de los testimonios mediáticos, la más reproducida de la historia de la humanidad.
En América Latina y en todo el mundo emergente, El Che ha inspirado a más de dos generaciones de emblemáticos luchadores sociales; a querer o no, su impresionante figura humana invadió los cerebros de millones de seres humanos de todas latitudes. Un ícono contestatario en la más amplia expresión de la palabra. El que enseñó a los latinoamericanos, sostenia en Montevideo Mario Benedetti, a deletrear la hermosa palabra rebeldía.
La estrofa de Benedetti ha sido cantada por casi toda la gente madura de esta generación: “tu boca que es tuya y mía, tu boca no se equivoca, te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía…”.
“Venido de una galaxia desconocida…”
El Che, que era de todo el mundo, nunca perteneció a una identidad, a una geografía, a cualquier nacionalidad con fronteras territoriales. Al poco tiempo de su ejecución un hombre tan combativo como Silvio Rodríguez estaba dedicándole El Elegido, un canto revolucionario de su enorme tamaño, donde el poeta de la revolución cubana lo definía como un ser venido de una galaxia desconocida.
Nunca conocí a alguien que pudiera explicar con solidez el origen revolucionario de Ernesto Guevara. Quienes hablan de ansias de poder o de vocación suicida, atinan igual que quienes enaltecen un pensamiento redencionista, un afán transformador contra viento y marea.
Nicolás Guillen decía que “todo Santa Clara se había despertado para verlo”, pues sólo habían sabido que allá en la Sierra Maestra había un argentino que combatía contra la miseria. No conocían su rostro. Cuando lo hicieron, Cuba se entregó, rendida, a su enorme carisma y gran impulso transformador.
A ese grado llegó la veneración de la mítica figura de un luchador social que, de inmediato, encarnó todos los atributos de los inconformes, de los marginados y de los que después pudieron transformar muchos de sus entornos políticos, gracias a la inspiración infundida por quien los cagatintas instigadores de la tenebrosa Guerra Fría llamaban “un desquiciado médico aventurero, frustrado e incompetente”.
Dos conceptos ineludibles: “¡Patria o muerte!”
Él enarbolo una bandera de lucha que en aquel tiempo lo menos que costaba era la tortura y la vida misma. Los acojonados del mundo pagaban lo que fuera a quienes lo vituperaran. No era para menos.
Y es que El Che era un hombre indefinible. En la tribuna de la Organización de las Naciones Unidas, después de agradecer el reconocimiento internacional al gobierno surgido de Sierra Maestra, frente a un auditorio atiborrado y expectante, dijo que su credo no era el formal, que su plataforma de principios se regía por dos conceptos ineludibles, necesarios para los creyentes de cualquier forma de gobierno independiente: “¡Patria o muerte!”
Silvio Rodríguez, el músico de la rebeldía internacional
Cuando Silvio Rodríguez, el enorme músico de la rebeldía internacional, traducido a todos los idiomas posibles, le dio a Carlos Puebla la primicia de grabar “Hasta siempre, Comandante”, subió a sus humildes y respetados músicos guajiros, a los máximos rangos del hit parade de la juventud rebelde de los setentas.
Buenavista, el grupo de Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Eliades Ochoa y Omara Portuondo ha llevado los registros de esa melodía a todos los escenarios respetables, a los oídos de un planeta dispuesto a escuchar lo diferente. Sencillamente eso. Está muy arriba agregar una sentencia musical y poética distinta a lo que ya es cosa juzgada en la opinión pública.
El Che contribuyó a la lucha por la liberación y el derecho
Creo que nadie ha podido deturpar o condenar con cierto éxito la muerte de Ernesto Guevara, una enorme figura internacional que este año habrá de recibir los máximos honores conocidos, pues los seres humanos tendremos que asistir, a querer o no, a los santuarios de todas las rebeldías o de todas las expresiones revolucionarias, a recordarlo como Ernesto Guevara merece.
Estemos de acuerdo o no con la posición de Ernesto Guevara, es incuestionable que su contribución a la lucha humana por la liberación y el derecho y el deber de los latinoamericanos por recibir en el rostro el aire fresco de la libertad y de la felicidad, son principios que se reflejan en todas las nuevas ideas de política social que hoy alimentan los cerebros más destacados de cualquier latitud.
No es fortuito que las ideas de Guevara hayan influido en las concepciones de Nicolás Guillen, el gran poeta de la negritud, o en las modernas líneas de la constitucionalidad del intrépido Estado social y democrático de Derecho. Sus pensamientos básicos forman parte de una filosofía solidaria del nuevo mundo.
“¿Y si les dijera Cuba sí, yanquis también?”
Todos los argumentos que utilizaron los editorialistas al servicio del terror financiero de la Guerra Fría se usaron servilmente para denostar a un médico argentino que, fuera de su Patria de origen, luchaba al lado de los barbudos de la Sierra Maestra. Hoy nos parecen ocurrencias de niños contrariados, pero en aquellos años las revistas de papel cuché infundían un pánico profundo, un miedo reverencial a la revolución.
En el año 2011, invitados por los jóvenes chilenos, los miembros de la nueva trova cubana, alumnos y amigos del gran poeta y filósofo Nicolás Guillen, pisaron el pasto del Estadio Nacional de Santiago, el lugar adonde Augusto Pinochet había torturado y asesinado a los miles de contestatarios que protestaban en nombre de la democracia por la muerte de Salvador Allende.
Muchos fueron testigos de las palabras de Silvio Rodríguez dirigidas a más de sesenta mil jóvenes que coreaban sus estrofas, inundadas de futuro y esperanza: “¿Conque Cuba sí, yanquis no? ¿Y si les dijera Cuba sí, yanquis también? Porque llegará el día en que ellos quieran parecerse a nosotros. Vamos a cantar”.
Contra los excesos verborréicos de los reaccionarios de EU
Decía Antonio Gramsci, el gran rebelde italiano, laureado hasta por la derecha internacional, que los poetas eran profetas. No le faltaba razón. Al recordar lo que dijo en aquella ocasión “la ene más nasal de Cuba”, debe reconocerse que estaba perfilando la angustia actual de Occidente por la decisión electoral de los blancos xenófobos estadunidenses.
Vaya desde aquí un saludo a la revolución cubana y mis fervientes votos porque cristalicen muchos de los enunciados que se quedaron a la vera de ese luminoso camino.
No debe aceptarse, de ninguna manera, lo que están haciendo los ignorantes con nuestro país ni los excesos verborréicos de los reaccionarios entronizados en Estados Unidos. El triunfo de la reacción, decía Benito Juárez, es moralmente imposible.
Simboliza la lucha y esperanza de América Latina
Definitivamente, a cincuenta años de su muerte, Ernesto Guevara sigue simbolizando la lucha y las esperanzas latinoamericanas. Hasta hoy, es a veces difícil sostener eso, todavía estamos demasiado enajenados por la basura publicitaria de medio siglo de invasión ideológica, económica, militar, política y cultural. ¡Viva siempre la inconformidad latinoamericana!
¡Hasta siempre, Comandante Che Guevara!
Índice Flamígero: A partir de una carta enviada a este escribidor por mi amigo Manuel Solares, es que este texto aparece hoy aquí como contrapeso a la esperpéntica figura de Donald Trump. Justo es reconocer la idea al político y ex legislador veracruzano. Gracias Manuel. + + + Y quien debe estar cero agradecido con el muy serio y confiable Centro de Estudios Sociales (CESOP) y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados –de lo mejorcito que tienen en San Lázaro– es EPN. Y es que, de acuerdo a un estudio demoscópico levantado los pasados días 14 y 15 de este mes que ya casi culmina, se apunta que “sólo el 6% de los entrevistados señala que aprueba el trabajo que ha hecho el presidente Enrique Peña Nieto; en contraparte, el 88% lo desaprueba. La iniciativa que es mencionada en mayor medida como el mayor acierto de EPN es la Reforma Educativa (6%); sin embargo, el 81% considera que no ha tenido ninguno. El 34% considera que el mayor error del gobierno ha sido la Reforma Educativa y el 18% menciona que el combate a la corrupción. El 28% señala que votaría por MORENA en las próximas elecciones, el 25% señala al PAN, el 20% a un candidato independiente y el 11% al PRI. Independientemente del partido político, el 16% menciona que le gustaría que Andrés Manuel López Obrador fuera presidente, el 12% menciona a Margarita Zavala. El resto de personajes obtiene porcentajes significativamente menores. Los personajes políticos más conocidos son: AMLO (92%), Miguel Ángel Mancera (77%), Margarita Zavala (77%), Miguel Ángel Osorio Chong (76%) y Eruviel Ávila (64%). Los políticos incluidos en el estudio que tienen mejor buena opinión son: Margarita Zavala (25%), Rafael Moreno Valle (24%) y AMLO (19%). Respecto a identificación partidista: 17% se considera panista, 11% priista, 9% morenista y 5% perredista.” ¿Cómo la ve? + + + Don Alfredo Álvarez Barrón comenta: “La bancada del PAN en la Cámara de Diputados cuestionó las malas decisiones del Gobierno Federal y, si bien aceptan que avalaron las reformas estructurales (que han servido pa´ pura tiznada, por cierto), también afirman, categóricamente, que pueden justificar cada uno de sus votos…” Y El Poeta del Nopal cierra el comentario con broche de oro:
“La oposición de membrete
se da baños de pureza
mientras acepta un billete
¡por debajo de la mesa!”
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