México país, socialmente anda crispado, y su Presidente, Enrique Peña, no ve las causas del enfado, para Peña, México tiene motivos para festejar, para la felicidad.
Los señalamientos del Ejecutivo, no están fuera de la realidad, hoy la economía mexicana es más fuerte que la de Brasil, Argentina o Chile, hay crecimiento económico, leve, no el deseable pero hay crecimiento.
La tasa de desempleo es menor a la de Brasil o Argentina, sin embargo la población no lo percibe, nuestras finanzas nacionales son buenas, a pesar de la caída de los petroprecios, y de otros factores de la economía mundial, México no ha sido sacudido como a Brasil, país que además enfrenta una profunda crisis política, las finanzas cariocas caen en medio de venganzas políticas y absurdos como el de querer destituir a Dilma Rousseff y contener a Lula da Silva, de quien se sospechan actos de corrupción.
México, con problemas de corrupción en los tres ámbitos de Gobierno, El Federal, Gobiernos Estatales y Municipales, con graves problemas de credibilidad en la aplicación de la justicia, y con una ausencia imperdonable de un buen manejo de Comunicación, hoy Peña Nieto en las encuestas ocupa los niveles más bajos de aceptación.
Se ha vuelto impopular, sus mensajes no llegan a sus destinatarios, su presencia molesta y sus discursos son la mofa,la burla cotidiana, Peña no conecta, sus promesas incumplidas, no sabemos aún si vendió como dijo, la llamada Casa Blanca, Javier Duarte es otro negativo que le han sumado, los errores de su partido, el empeño en sostener como bastión de votos a Romero Deschamps y el STPRM, la falta de pericia para enfrentar al mayor depredador e instigador de divisionismos y odios, Andrés Manuel López Obrador, la inconsistencia en la aplicación de la Justicia, la soberbia del Gobierno Federal, para aceptar errores.
Los 43 de Ayotzinapa, un asunto que se ha enredado, enrarecido y manoseado por culpa del Poder Ejecutivo, un asunto que se le ha cargado a Peña, sin que haya sido asunto de su gobierno, el que eligió a los Abarca cuando formaba parte del PRD, fue sin dudas, AMLO, y el señor sigue mintiendo, haciéndose pasar por ejemplar y honorable.
Enrique Peña, se convierte a diario en una carga y un pasivo para el PRI en su carrera hacia el 2018, su vocero, Eduardo Sánchez, no logra empatizar, los medios lo ignoran y cuando quiere o debe comunicar lo hace fatal.
El Presidente Peña, prometió gobernar sin amigos, sin amistades de por medio, hasta hoy no ha cumplido, la Constructora Higa, la favorita del Peñato, sigue operando y ganando licitaciones.
Peña quiere que la sociedad no se enfade y vea lo bueno, lo que se ha hecho bien en su gobierno, pero no sabe trasmitir el mensaje, su gabinete no le ayuda, y lo cierto es que los bolsillos no incrementan su contenido, la inseguridad es sin dudas, el mayor dolor de cabeza y el mayor problema del sexenio.
Enrique Peña Nieto, un conservador recalcitrante y cuadrado, ajeno a la cultura y hombre empecinado, no convive con los grandes avances en políticas públicas y ni siquiera las ve, no le interesa, mientras la crispación social sube de tono cada día.
A nadie parece importarle el enfado de la gente, no a los Partidos, no a los Gobiernos Estatales, no a los Municipales, no a Senadores y Diputados, no a la Iniciativa Privada, no a la propia sociedad. En lo individual pareciera contenerse, pero cada vez las noticias publican de horrendos crímenes, de incidentes viales que derivan en golpes y en no pocos casos hasta heridos graves, los reclamos a eso que han dado en llamar, «Clase Política» son cada vez más fuertes y cotidianos, los reclamos a las Policías, al Ejército son encendidas y más frecuentes de lo que se quisiera.
No existe en todo México personas que en lo individual como en lo colectivo, tengan razones para festejar, todo lo contrario, sobran razones para el enojo, la furia.
Señor Presidente, Don Enrique Peña, a usted le hace falta humildad, saber aceptar errores, le urge un cambio en sus métodos y formas de comunicación, transparentar las cuentas de su Gobierno, necesita refrescar su Gabinete, le urge audacia en políticas públicas, requiere de revisar acuerdos con sus aliados, en suma Señor Presidente, debiera dialogar más con la sociedad que consigo mismo.
Por eso Lic. Peña, la crispación social está en niveles peligrosos, dénos la posibilidad de cuando menos, una sonrisa.
jcrh