
Es preocupante que la policía de nuestro país quedó en el lugar 118 de 127 evaluados en el rubro de legitimidad en el ámbito mundial y en América Latina, los dos peor evaluados fueron México y Venezuela, así se asegura en el estudio denominado Índice Mundial de Policía y Seguridad Interna 2016.
El diagnóstico fue elaborado por la International Political Science Association (IPSA) y señala que a pesar de los esfuerzos del gobierno de México al aumentar la fuerza policial, al doble en los últimos 30 años, esto no ha sido suficiente para que las corporaciones tengan un buen rendimiento y efectividad en su labor.
Al medir la legitimidad, los indicadores que se consideraron fueron: “el debido proceso y nivel de confianza”, por lo que se dice que: “la legitimidad es una medida para saber cómo el público ve a los proveedores de seguridad, en particular la Policía”, lo que da como resultado que al contar con una puntuación tan baja: “es un factor de riesgo significativo, incluso para cuando las fuerzas de seguridad cuentan con recursos adecuados y eficaces”.
Lo anterior, nos hace cuestionar las propuestas de iniciativas de reforma de Ley, que existen en la Agenda Legislativa del Senado de la República, para que haya un proceso de transición de corporaciones policiales municipales hacia un Mando Único Estatal, si tampoco están preparadas para realizar eficazmente su labor.
Además, esta percepción mundial que se tiene de las policías mexicanas se confirma, en el ámbito nacional, con un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), denominado Percepción del Desempeño de las Instituciones de Seguridad y Justicia. Encuesta Nacional de Seguridad Pública, el cual fue presentado en el Senado de la República el pasado 6 de mayo, en el que se asegura: “ que a 7 años del inicio de un esfuerzo nacional por mejorar la actuación de los cuerpos policiales municipales, estatales y federales, el 70% de los mexicanos no confía en ellos, porque los relaciona con actos de extorsión, agresiones físicas, detenciones arbitrarias y acusaciones falsas que llevan a la cárcel a inocentes”.
La corporación más desprestigiada, según este estudio, es la Policía Ministerial; en el segundo lugar se ubican las policías estatales; después las municipales y los elementos de la Policía Federal.
Aquí la pregunta es: ¿Por qué cambiar las leyes para establecer el Mando Único en 32 corporaciones estatales sin legitimidad, sino se ha cumplido con los plazos establecidos desde el 2009 para la profesionalización de todos los cuerpos policiales del país, que señala la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública?
Al parecer algunos legisladores no tienen memoria, ya que muchos de ellos, lo eran también hace siete años y analizaron, votaron y aprobaron dicha Ley General. Deberían empezar por cumplir con lo que la Ley actual mandata.
jcrh