Sin duda alguna, Enrique Peña Nieto, ha sido un político poco audaz y conservador, sus estrategias de interrelación con las oposiciones y el mundo empresarial no cuajan y no cuajarán, pese a lo que muchos opinadores derraman principalmente en las redes sociales, en torno a complicidades dentro y fuera de su Gobierno, hasta hoy sólo hay indicios, y no pruebas jurídicamente comprobables, pero la sospecha pervive.. Lamentablemente el Presidente poco o nada hace, para combatir la corrupción y la impunidad. Sus discursos son sólo eso, buenas intenciones, mientras la realidad es carcomida por el flagelo de la impunidad.

Estadísticas van y vienen, casos de corrupción e impunidad se conocen a diario sin que ninguna autoridad haga algo, el gobernador de Veracruz, intocado hasta hoy, sigue acordando con el Presidente y su gabinete, lo que pasa en esa Entidad, pareciera no importarle a nadie; en Chihuahua el otro Duarte acusado de enriquecimiento inexplicable, incluso es señalado como dueño de un banco, la mera sospecha, debiera ser suficiente para una investigación, pasa nada, impunidad.

La Secretaria de la Función Pública cuyo titular, Virgilio Andrade, es amigo muy cercano a Enrique Peña Nieto, hasta hoy sólo ha sancionado a cientos de funcionarios menores, muchos casos por meras faltas administrativas, no necesariamente corrupción, mientras a las grandes cabezas, las protege con el manto de la impunidad, o cuando menos, así parece.

El Presidente Peña, se comprometió a gobernar sin amigos, no cumplió o peor aún, mintió, ahí está el caso de Luis Videgaray, Secretario de Hacienda, y la casa comprada a la Constructora Higa, con precio especial y crédito excepcional, no pasó nada, según el propio Secretario no hubo conflicto de intereses, la Función Pública, avala el dicho de Luis Videgaray Caso.

La opinión pública, en términos generales, percibe al Gobierno de Peña, como el de la impunidad, hasta ahora, nadie de la oficina de la Presidencia, ha dicho si como lo afirmo Peña la conocida propiedad, comprada a Higa, llamada Casa Blanca, ya ha sido vendida, a Enrique Peña, parece no importarle.

Al Presidente se le agotó el tiempo, y su credibilidad es escasa, o tal vez sea ya inexistente, el 2018 esta cada vez más cercano, la hora de exhibir sus cartas, su juego ha llegado, Peña espera los resultados del próximo 5 de Junio, tiene la esperanza de que su partido gane cuando menos 9 de las 12 Gubernaturas en juego, le han dicho que serán 9 los triunfos, lo cierto, no existe certeza, las encuestas no son confiables, Manlio Fabio Beltrones sería el gran perdedor de no alcanzar el número de gobiernos estatales, ofrecidos al primer priísta del País.

Al Licenciado Peña, parece no interesarle, ser la pera de box, de una buena parte de la sociedad y ser objeto de críticas a veces injustas, de esos que se autonombran, líderes de opinión, lo que eso sea lo que fuere su significado, hoy a Peña la severa Inquisición de las redes sociales, lo culpan hasta de las lluvias.

Cierto es que en el Peñato la economía ha sido manejada con discretos aciertos, nada espectacular para los medios, quizás no lo perciba la mayoría en sus bolsillos, la realidad es que México, tiene estabilidad, y nos va mejor, mucho mejor que Argentina o Brasil.

Las oposiciones principalmente Morena del señor Andrés Manuel Lopez Obrador, utiliza la mentira, la exageración y la calumnia para atacar a sus adversarios, diestro en la victimización, convence a sectores de la población, poco instruidos, de escasos recursos, exacerba el rencor social, sin importarle que pudiese aparecer el infortunio de la violencia, la impunidad es lo que más utiliza para golpear, las cosas buenas de este Gobierno, se perderán cuando las campañas para la Presidencia en el 2018, se conviertan en el gran estercolero, la corrupción y la impunidad serán los temas, la vulnerabilidad del Peñato, en ese sentido puede llevar al PRI a una gran derrota.

Si Enrique Peña Nieto quiere ser una suma para su partido, tiene algunos segundos, para dar un golpe espectacular.

Pero dado su conservadurismo será imposible que haga algo que deje huella y supere la percepción de la sociedad, de que en este sexenio, la corrupción y la impunidad son los grandes lastres, de un Gobierno que sin dudas tiene cosas buenas.

La próxima elección será sin dudas, el juego de “ peguele a Peña” y todo indica que al habitante de Los Pinos, le importa un bledo lo que pase o no con su imagen, y su paso a la historia Nacional.

Se esperaba un gran estadista, seguiremos a la espera, Peña ya se desinfló!